Una veintena de mujeres entre los 17 y los 40 y pocos, residentes en su mayoría en Oleiros y municipios del área metropolitana, hacen malabares todas las semanas para poder compatibilizar sus estudios, trabajo u obligaciones familiares con el entrenamiento, cinco días a la semana, durante dos horas, como remeras en el Club de Regatas Salgado Perillo. Hace tres años que la entidad deportiva tiene equipo femenino pero compiten partiendo con desventaja: disponen de una embarcación obsoleta, una Pedro Cuesta que tiene más de 25 años.

El club presentó hace unas semanas una campaña global para recaudar fondos con los que adquirir una embarcación más moderna, una Amilibia, de segunda mano porque las nuevas cuestan unos 35.000 euros. Tienen una apalabrada por 16.000 euros y cuarenta días para reunir el dinero, si quieren iniciar la temporada, en junio, estrenando embarcación y compitiendo en igualdad de condiciones.

La campaña, bajo el título genérico Remando Xuntas, se ha lanzado en facebook, instagram y twitter y a través de la página www.goteo.org. "Si consiguiésemos los 16.000 euros, tendríamos la trainera justo a tiempo para la temporada, aunque nos hace falta un tiempo para que las remeras nos adaptemos a ella. Antes usábamos una que nos prestó desinteresadamente el Club de Remo de Ares y ahora recuperamos esta de 25 años que teníamos cedida, pero es muy pesada y muy alta, no se adapta a la fisonomía de las remeras y es muy difícil para adaptarse, en la navegación", explica Iris Simón, remera y este año también entrenadora del equipo femenino de Perillo.

El vídeo de presentación de esta campaña de crowdfunding muestra a las remeras en sus entrenamientos diarios, en el gimnasio y en la ría de A Coruña. "No solo somos un equipo, sino una gran familia", "estamos felices por lograr un objetivo común y a nivel individual, por superarte día a día", "creo que nuestro objetivo en el futuro es poder remar en la final de la Kontxa", son algunas de las declaraciones de estas jóvenes deportistas en el vídeo.

Verlas entrenar puede dejar a muchos con la boca abierta por el nivel de esfuerzo, intensidad y exigencia. Tienen calentamiento en tierra, en el gimnasio, donde hacen pesas, ejercicios de autocarga y jornadas de ergómetro, puro sacrificio por un deporte que las apasiona.

"Tenemos chicas muy jóvenes, de 17, que están estudiando, otras están con las oposiciones, otras trabajan, otras son madres. Es difícil compatibilizar pero tenemos en común que nos gustas mucho el remo. A mí siempre me ha gustado mucho el deporte, empecé en los campamentos de piragüismo. Desde infantil. Estaba en el club desde cadete, creo que empecé en 2008. Éramos cuatro o cinco en base y cinco o seis en absoluta pero desde 2016 ya se formó el equipo femenino porque se juntaron casi veinte chicas. Este deporte es una forma de canalizar, te da unas sensaciones difíciles de describir... la forma de navegar, cómo corre el barco cuando todas estamos sincronizadas... y también con las regatas malas, porque aprendes y nos apoyamos mutuamente. Siempre me gustó remar en equipo", cuenta Iris Simón, arquitecto técnico que trabaja en un estudio.

Hay equipo femenino, hay pasión y talento, falta una trainera competitiva para que estas jóvenes puedan colocar el nombre de Perillo muy alto en la liga (este año serán ocho equipos) y luchar por su sueño, clasificarse para la bandera de la Kontxa (quedaron a solo diez segundos de la clasificación).

El equipo femenino del club es casi todo pura cantera, solo tres vienen de fuera (dos incluso vienen de lejos, de Ares y de Noia). El año pasado quedaron terceras en la liga, posición que quieren mejorar si triunfa esta campaña, para la que han contado con el apoyo de la cooperativa sin ánimo de lucro Planopementa, Axóuxeres e Chisqueiros y el ebanista Kike Martínez.

La campaña incluye aportaciones desde 5 euros, con regalos como camisetas, chapas, sudaderas o bolsos (con el lema bravas e revoltas). La aportación más cara serían 16.000 euros, que supondría convertirse en sponsor, patrocinador oficial. Alguien ha cubierto ya la donación de mil euros, que daba derecho a ponerle nombre a la trainera.

"Si consiguiésemos los 35.000 euros y pudiésemos comprarnos una trainera nueva, sería un sueño", subraya la remera y entrenadora del equipo, Iris Simón.