Trabajos de jardinería y mantenimiento, ordenar las bibliotecas, preparar los envíos para beneficiarios de bonos sociales, son algunos de las tareas que podrán realizar personas que han sido condenadas a prisión por un delito pero que han pedido o les han otorgado la posibilidad de sustituirlo por trabajos en beneficio de la comunidad. Esta alternativa es un apoyo para el penado, no deteriora su socialización, no se aparta de su familia y le ayuda en su futura reinserción social y también laboral porque puede adquirir conocimientos para una profesión. El Concello de Oleiros prevé llevar al próximo pleno el acuerdo de colaboración con el Ministerio del Interior para ser uno de los concellos que ofrezcan plazas a los condenados (es un acuerdo voluntario).

La gran mayoría de los que tienen esta pena alternativa a la cárcel son personas que han cometido delitos relacionados con la seguridad vial (conducir bebido, sobre todo). Tienen que ser tareas de utilidad pública y que no suplan un puesto de trabajo.

Esta colaboración no comporta ningún gasto para el Ayuntamiento ni para el ministerio, aunque sí se creará una comisión de seguimiento para vigilancia y control, comprobar que el penado cumple con su trabajo. Este acuerdo es por cuatro años, prorrogable por otros cuatro más.

El Ayuntamiento oleirense por lo tanto ofertará un determinado número de plazas y también impartirá formación a los futuros condenados beneficiarios de esta pena sustitutoria para que puedan desarrollar correctamente su trabajo. La Concejalía de Servizos Sociais será la encargada de gestionar esta responsabilidad e informará al Estado sobre su cumplimiento.

Los servicios sociales de la cárcel, en estos casos, se entrevistan con los penados para conocer sus características personales, capacidad laboral, entorno social, personal y familiar, para ver qué actividad es la más adecuada para ellos. Luego proponen a los candidatos que crean más idóneos para los puestos. Serán jornadas de trabajo de un máximo de ocho horas diarias, no remuneradas.