Los concellos costeros de la comarca tienen previsto reforzar este verano la vigilancia en playas para velar por que los bañistas respeten las distancias de seguridad y prevenir posibles contagios de Covid-19, pero advierten de que carecen de medios suficientes para supervisar todos los arenales y apelan a la responsabilidad individual.

A la espera de que Xunta o Estado dicten instrucciones precisas para este verano atípico, los concellos del área metropolitana ponen el acento en que Galicia "no es Canarias" y, especialmente Oleiros y Arteixo, se muestran confiados en que la extensión de la mayor parte de los arenales permitirá disfrutar de un sin excesos de afluencia.

Otros, como Miño, uno de los municipios más visitados en temporada estival, admiten no disponer de medios suficientes para poder garantizar un control de acceso a los arenales. "En Miño tenemos una superficie de playas muy grande y solo dos policías", explica un portavoz municipal, que apunta a que, especialmente en Playa Grande, es muy complicado controlar todos los posibles accesos.

Este Concello avanza que agentes de la policía y efectivos de Protección Civil reforzarán de todos modos la vigilancia y que tienen previsto adoptar otro tipo de medidas, como reducción de aparcamientos y espera que el cambio en la ordenanza de la ORA, con pagos fraccionados y no por jornada, permita incrementar el control.

El alcalde que más tajantemente apela a la responsabilidad individual para evitar contagios es el de Oleiros, otro de los municipios más concurridos en verano. "Cada uno es libre de colocarse en la playa de la manera que lo tenga que hacer sin estar pegado al colindante. La gente lo que tiene que hacer es separarse y nada más. No voy a poner ningún tipo de control, ni los guardias van a estar perdiendo el tiempo en las playas, porque tendríamos que estar todo el día metidos ahí", defiende Ángel García Seoane, que recalca que Galicia "no es Canarias ni Baleares" y que las playas de su municipio, salvo algunas, son lo suficientemente grandes para garantizar las distancias de seguridad y que, en las más pequeñas, se tomarían medidas en caso de que se produjesen excesos de afluencia. "¿Quién le va a decir a un niño que no puede correr por la playa? Nadie le va a decir que no puede correr por la playa, tienen que tener libertad, bastante encerrados estuvieron", apunta el regidor, que admite que ya se ha bañado en el horario destinado a realizar deporte.

En Arteixo, el Gobierno local también defienden que sus playas tienen la suficiente extensión para garantizar las distancias de seguridad. Destaca que el arenal de Sabón, por ejemplo, dispone de cerca de 180.000 metros cuadrados, por lo que considera que se puede garantizar las medidas de seguridad. En las playas más pequeñas, como Valcovo, Repibelo u O Reiro, el Concello arteixán avanza que "habrá personal municipal de forma constante para informar y ayudar a la gente para seguir las recomendaciones sanitarias en los arenales". El Ejecutivo municipal matiza que, en caso de registrarse "problemas" en arenales grandes como Barrañán o Sabón, "también acudiría personal municipal".

A la espera de directrices precisas, Sada avanza que instalarán todos los días carteles a la entrada de las playas para informar de las mareas y la ocupación máxima permitida. El Ejecutivo avanza que los socorristas vigilarán los aforos y destaca que tiene previsto incrementar la presencia de sanitarios en los arenales.

Bergondo explica que no dispone de un plan de momento, aunque considera que será necesario "ejercer algún tipo de control". El Gobierno local pone el acento también en el sentido común de la ciudadanía. "Todo dependerá de la responsabilidad individual de la gente, ya que parece muy complicado que los concellos dispongan de medios para ejercer un control genérico".