"Después de una semana remitiendo informes a los responsables de la consellería y tras las negociaciones con la Subsecretaría Xeral Técnica de la consellería y con la empresa concesionaria del servicio de comedor, a día de hoy no se nos proporcionó una solución por ninguna de las partes que nos permita un servicio de comedor con mínimas garantías sanitarias", aseguraba el director del colegio de Infantil y Primaria Ría do Burgo de Culleredo, Vicente Muñoz, en una carta enviada a las familias el pasado viernes para comunicarles que finalmente se cerrará el servicio de comedor escolar el próximo día 28.

Madres y padres de alumnos, tras conocer esta decisión, han organizado una protesta para el próximo lunes ante el centro educativo, tras entrar los escolares en clase. El Anpa apoya esta movilización y tendrá representantes que asistirán y a su vez prepara también otro acto reivindicativo para el que está solicitando permisos. La asociación de padres destacó que comprendía la postura de los padres, el problema que se les viene encima, y la de la directiva, que tiene la enorme responsabilidad encima de la seguridad de tantas personas.

Tanto la directiva del centro como la asociación de madres y padres (Anpa) sopesaban este cierre desde el consello escolar celebrado hace unos días, en el que se dejó constancia que al reducir la concesionaria del comedor el número de monitoras de 16 a 12, era imposible garantizar la seguridad de los alumnos usuarios, un total de 287, después de que más de cuarenta familias se diesen de baja ya. Al recortar el número de monitoras no se pueden mantener los grupos estables de convivencia y cada una tiene que atender a varios grupos por lo que se rompe la "estanqueidad de los grupos burbuja".

El director del colegio destacó en su misiva el "esfuerzo de muchas familias renunciando en la primera semana a mandar a los niños" al comedor, que hizo que la situación fuese "más llevadera". Añade que es consciente de que la decisión "genera un enorme trastorno en términos de conciliación" pero considera que la seguridad de toda la comunidad educativa es "lo más importante". Por lo tanto, solo valorarán reabrir el comedor si existen garantías sanitarias.

El Concello de Culleredo, tras conocer también esta situación, ha mostrado su "perplejidad" por la "falta de soluciones de la Xunta" y que no ofreciese ninguna vía para solventar el problema, por lo que exige "que actúe de inmediato" para evitar este cierre. Subraya que todos se han esforzado, el Concello al igual que otros concellos modificaron sus contratos para reforzar operarios de limpieza y cumplir los protocolos del Ejecutivo gallego, y también se han esforzado los padres y los profesores, y sin embargo el Ejecutivo autonómico "es incapaz de cambiar esta concesión de comedores par incrementar el número de monitores".

El regidor, José Ramón Rioboo, destacó que la Consellería de Educación "no puede ser insensible" al problema de conciliación que se les presenta a las familias de 300 alumnos que usan el comedor. El Ayuntamiento ha solicitó la semana pasada dos veces una reunión con Educación sin recibir respuesta. También llevarán una moción al pleno del jueves.