La presión de la comunidad escolar está haciendo que la Xunta asuma la consecución de más monitores en los comedores escolares para que no se rompan las aulas burbuja y se cumpla el protocolo sanitario, una medida, con acuerdos con las empresas concesionarias del servicio, que podría aplicar a todos los concellos afectados. El Vicente Otero Valcárcel de Carral ya obtuvo la confirmación de la consellería de que contará con ocho monitores más, lo que garantiza que exista un segundo turno para comer sin que los profesores tengan que hacer de cuidadores, un hecho que llevó a la comunidad escolar a amenazar con la suspensión de este servicio. Se anula así la reunión entre Concello, ANPA, directiva y consellería prevista para mañana.

El colegio Ría do Burgo de Culleredo, donde los padres celebran protestas por la mañana y por la tarde, tras empezar con una cacerolada por la supresión de cuatro monitores en el comedor, también tiene el compromiso de la Xunta de aumentar el personal para garantizar la seguridad, y ayer por la tarde estaban a la espera de recibir por escrito dicho compromiso. También aquí la dirección del centro había anunciado el cierre del comedor escolar para el próximo lunes si no se ampliaba el número de monitores.

Este problema afecta también a otros centros, como el de A Rabadeira en Oleiros, que también se manifestó al tener que reducir una hora lectiva de clase para garantizar un segundo turno de comedor.