Las quejas por la falta de refuerzos y medios para afrontar con éxito un curso marcado por la emergencia sanitaria del Covid-19 se multiplican en la comarca y centraron ayer el pleno de la Diputación, que aprobó dos mociones para exigir a la Xunta más inversión en docentes, medios materiales y servicios en este año académico atípico. Las mociones, una conjunta del PSOE y BNG y otra de Marea Atlántica, se aprobaron con el apoyo de todos los grupos, salvo el PP, que atribuyó las carencias a la falta de apoyo del Estado.

PSOE, BNG, Marea Atlántica y Alternativa dos Veciños coincidieron en demandar a la Consellería de Educación más refuerzos para poder realizar desdobles de aulas y rebajar ratios. Los cuatro grupos exigieron también a la Xunta que "asuma su competencia" en materia de desinfección y apelaron a un informe de la asesoría jurídica provincial que concluye que se trata de una obligación del Gobierno gallego. Las formaciones reclamaron además más recursos de conciliación ante el posible cierre de aulas por rebrotes.

El PP se opuso, atribuyó los problemas surgidos a la falta de planificación y apoyo por parte del Gobierno del Estado y negó la falta de docentes y recursos. El grupo popular afirmó que será el curso "con más profesores de la historia" y apeló también a un acuerdo de la Fegamp con la Xunta para que los concellos asumiesen la limpieza de centros educativos que, en su opinión, incluiría también los de desinfección.

Las demandas, por colegios

El debate plenario concluyó casi al tiempo que profesores y otros trabajadores de los colegios A Rabadeira y Luis Seoane, en Oleiros, se enfundaban camisetas negras para reclamar más recursos. "Es agotador, nunca había trabajado con tanta presión y ya llevo muchos años en la enseñanza", confesaba ayer al término de la protesta Mariluz Arceo, profesora en el centro A Rabadeira: "Somos profesores, educadores y cuidadores", apuntaba esta docente, que afirma que ella y sus compañeros no solo han visto incrementada su jornada diaria en hora y media sino que no pueden parar "ni un minuto". "Es totalmente agotador, hay compañeros que no tienen hueco para nada, las mascarillas nos las tenemos que cambiar por el pasillo", relató.

Trabajadores de este centro emitieron un comunicado en el que exigen a la Xunta refuerzos para "garantizar la seguridad en las aulas". El personal de este centro denuncia que carecen de espacios porque las aulas del colegio son demasiado pequeñas y las ratios muy elevadas, por lo que resulta imposible garantizar la distancia de metro y medio de seguridad. "Muchas profesoras y profesores tenemos nuestros horarios sobrecargados y clases atestadas de niños y niñas por no ser suficientes para cubrir la carga horaria del centro", denuncian.

Afirman que tampoco pueden garantizar las distancias de seguridad en el comedor, lo que sumado a la falta de personal auxiliar, hace que no se puedan mantener los grupos burbuja aislados. "La solución para poder tener las dos tandas del comedor fue la supresión de la última sesión a los más pequeños, lo que da como resultado una desigualdad de horas lectivas entre los diferentes niveles de nuestro centro", alertan.

Otro centro que ha instaurado los "viernes negros" es el Luis Seoane, también en Oleiros. La comunidad educativa celebró ayer su cuarta protesta para exigir más personal y medios. La Asociación de Nais e Pais envió además ayer un escrito a la Consellería de Educación para reclamar, por segunda vez, un desdoble de aulas en quinto de Infantil. Explican que actualmente son dos aulas, cada una con 25 alumnos (el máximo permitido) y piden que se cree una nueva para poder reducir la ratio y contar con un nuevo tutor y un profesor de apoyo, dado que actualmente solo disponen de un PT para seis aulas de Infantil. La ANPA denuncia además que actualmente hay dos niños de quinto de Infantil de la parroquia sin escolarizar "porque Inspección les niega una plaza en el centro". Afirman desde el colectivo que las opciones que plantean desde Educación a estas dos familias son, o bien no escolarizar a los pequeños, o matricularlos en el concertado Cristo Rey o en el de A Rabadeira pero sin opción a bus escolar. La ANPA considera "inadmisible" que se impongan estas condiciones y recuerdan que en su centro hay un aula vacía, por lo que insisten en su reclamación de crear un grupo más de quinto de Infantil.

Otros colegios que han pedido sin éxito la reducción de las ratios en sus centros han sido las de Culleredo, que pidieron limitar el máximo en Infantil a veinte. Las familias del Sofía Casanova solicitaron que no se cerrase un aula de los pequeños de tres años, pero la Xunta denegó la medida. Educación tampoco atendió las peticiones as familias del centro Isaac Díaz Pardo de reabrir las aulas de tres y cuatro años cerradas y del Ría do Burgo de implantar una línea más de cuatro años.

Otras demandas tienen que ver con las instalaciones. Es el caso, por ejemplo, de las cuatro escuelas unitarias de Culleredo. El pleno aprobó el jueves por unanimidad una moción de Alternativa dos Veciños para demandar a la Xunta que ponga soluciones para que los pequeños dispongan de espacios cubiertos. El Concello se comprometió además a elaborar un estudio para "adoptar soluciones temporales propias". No es la única demanda relacionada con las unitarias. PSOE y BNG han denunciado además el cierre este año del centro de Cumiáns, queja a la que se han sumado varias familias del municipio.

Un problema que sí parece solventado es el que motivó las protestas de la ANPA del Ría do Burgo por la falta de monitores de comedor. Tras varias caceroladas y una moción en pleno, la Consellería de Educación y la empresa concesionaria han comunicado a la dirección del centro su disposición a reforzar el servicio a partir de octubre. La confirmación fue comunicada a las familias a última hora de la tarde de ayer y llega in extremis, dado que estaba previsto suspender el servicio el lunes ante la falta de suficientes medidas de seguridad.