La Dirección Xeral de Patrimonio ha abierto expediente para “depurar responsabilidades” por el derribo de la centenaria Casa Carnicero sin autorización autonómica. El organismo dependiente de la Consellería de Cultura explicó ayer que nada más tener conocimiento de que el Concello de Oleiros había demolido esta vivienda catalogada, diseñada por el arquitecto Rafael González Villar en 1917, ordenó abrir una investigación de oficio.

El departamento que dirige Román Rodríguez informó un día antes del derribo de que esta actuación no contaba con su autorización y que el pasado 18 de agosto había instado por escrito al Ayuntamiento oleirense a presentar un proyecto de rehabilitación.

El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, ordenó demoler esta casa centenaria casi seis meses después de que un incendio destruyese la cubierta y el interior del inmueble. El Ejecutivo municipal procedió a la demolición el día de Fin de Año tras llegar días antes a un acuerdo con los propietarios para la cesión gratuita de la casa, en cuya parcela prevé habilitar ahora como zona verde. El Gobierno local ignoró las advertencias del Colexio de Arquitectos de Galicia, que alertó de que los trámites no se ajustaban a la legalidad, y también desoyó los avisos de la Consellería de Cultura, que un día antes informó de que la demolición no disponía de permiso autonómico.

El Ejecutivo municipal guarda silencio desde el derribo. Días antes de ordenar la entrada de la piqueta, el alcalde defendió la procedencia del derribo “La Casa Carnicero ya no existe, existen unas ruinas que se van a tirar”, defendió el regidor. El Ejecutivo local incidió además en el riesgo para la seguridad de transeúntes y conductores que entrañaba el precario estado de la casa, que solo conservaba en pie la fachada y paredes laterales. Un día antes del derribo, operarios tuvieron que desplazarse hasta la zona tras producirse varios desprendimientos.

Los residentes en el edificio colindante alertaron también del riesgo de desplome y exigieron el derribo de la Casa Carnicero por seguridad. Los vecinos se mostraron sorprendidos por la campaña de recogida de firma a través de Change.org para reclamar la rehabilitación de este inmueble y recordaron que durante años alertaron de su deterioro y exigieron medidas sin que ninguna administración moviese un dedo. “Piden que se rehabilite ahora que no queda nada”, se lamentaba recientemente una vecina.

El derribo de la Casa Carnicero se produjo tras décadas de abandono a pie de la ría de O Burgo. Ninguna administración tomó medidas para frenar el deterioro de esta vivienda singular, que quedó encajonada junto al puente de A Pasaxe y que agonizó durante años sin que ni el Concello ni la Xunta, con competencias en Patrimonio, abriesen expediente para forzar su recuperación, como recuerdan los vecinos en el edificio más próximo.

El BNG de Oleiros cargó este fin de semana contra el Ayuntamiento y la Consellería de Cultura por haber mirado hacia otro lado durante todos estos años a pesar de que la Casa Carnicero gozaba de protección desde 2009. Su catalogación resultó finalmente papel mojado.