El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, aprovechó ayer su intervención en la emisora Cope para salir al paso de las críticas que ha suscitado su decisión de demoler la casa Carnicero. El regidor defendió que actuó movido por razones de “seguridad”, dado que esta vivienda modernista diseñada por Rafael González Villar presentaba un estado muy precario desde el incendio de hace seis meses y había sufrido varios desprendimientos por los temporales.

“La autoridad en Oleiros soy yo y si la casa se cae, la responsabilidad sería mía”, defendió Seoane, que argumentó que se corría el riesgo de que una de las paredes se desplomase sobre la carretera y provocase “una gravísima desgracia humana”. El líder de Alternativa dos Veciños subrayó que la casa Carnicero ya no era una vivienda, sino solamente unas “ruinas” y afirmó que la demolición contaba con los informes favorables de los técnicos municipales.

El mandatario cargó contra la Dirección Xeral de Patrimonio, que ha abierto una investigación para depurar posibles responsabilidades por la demolición de esta vivienda catalogada sin su autorización. Para García Seoane, el organismo dependiente de la Consellería de Cultura hace “politiqueo” con este asunto: “Clases a mí, ninguna; soy una de las personas de España que más patrimonio ha recuperado”, afirmó ante los micrófonos de la emisora privada y recordó que en sus sucesivos mandatos rescató una veintena de edificaciones singulares, que estaban en manos privadas y que ahora dan servicio a los vecinos. Entre el patrimonio “rescatado” bajo sus gobiernos, García Seoane apuntó al castillo de Santa Cruz, el pazo de Arenaza, Villa Riadela, Casa Charry, el Torreón Bescansa, el pazo de Lóngora o el castro de Xaz, entre otros bienes.

Seoane apuntó más de una vez durante su intervención a supuestos intereses políticos tras la polémica y se mostró sorprendido por el hecho de que hubiese medios de prensa en el momento del derribo dado que, argumentó, era el día de Fin de Año y no había periódico al día siguiente. “Apareció todo tipo de prensa cuando no había periódico al día siguiente”, apuntó. El alcalde cargó también contra un “señor que se autoproclamó representante de la policía autonómica” y que intentó parar el derribo, en alusión a un responsable de la policía autonómica.

El alcalde oleirense no aclaró los motivos por los que el Ayuntamiento no actuó antes para frenar el deterioro de la casa Carnicero, que había sido catalogada en 2009 en el plan general y que agonizaba desde hace años a pie de la ría de O Burgo, encajonada entre modernas edificaciones y el puente de A Pasaxe.

El regidor se limitó a insistir nuevamente en que negociaba la cesión gratuita de esta vivienda modernista con los propietarios, que no podían asumir su rehabilitación, y alegó que los trámites se demoraron más de lo previsto porque hubo que recurrir a los juzgados porque “algunas personas tenían que ser autorizadas”. Cuando ya estaban a punto de cerrar el acuerdo de cesión, apuntó, la casa sufrió un incendio: “Se incendió por los okupas y el temporal terminó de arruinarla”, apuntó Seoane, que reiteró que, de no haber procedido al derribo, recaería sobre él la responsabilidad de un accidente provocado por un desprendimiento.