“Al cuello no, el agua nos llega ya por aquí”, afirma Ana Belén Goméz Viqueira al tiempo que se lleva una mano a la frente. Ella es copropietaria del Bar As Cascas y una de las hosteleras que se ha sumado a la plataforma SOS Hostelería Betanzos. La agrupación cuenta ya con 87 locales adheridos, un número inusualmente alto en un municipio del tamaño de Betanzos. “Nunca antes habíamos estado tan unidos”, afirman.

La emergencia sanitaria del COVID-19 les ha llevado “al límite” y ha bajado la persiana de varios locales de hostelería. “O Picho Carolo, La Torre, Sabín,...”,. enumeran nueve de los integrantes de SOS Hostelería en un encuentro informal con los medios. Otros locales, dicen, sobreviven a duras penas: “Si no nos ayudan ya, no va a hacer falta, la mitad estaremos cerrados y la otra mitad, arruinados”.

Meses de cierre, de aperturas parciales y de barras precintadas han llevado al sector al “límite” , advierten. “A día de hoy, podemos decir que hay locales en riesgo de exclusión social, estamos en una situación extrema, no podemos más, ya no hay reservas, si quitas y no pones todo se acaba”, alerta Ana Belén. Sus compañeros asienten.

El Concello, dicen, todavía no les ha ingresado las ayudas anunciadas y asisten con estupefacción a los rifirrafes entre Xunta, Diputación y ayuntamientos, incapaces, lamentan, de pactar un plan de rescate conjunto. Se sienten, dicen, como un náufragos al límite de sus fuerzas que ven cómo quienesdeben acudir en su auxilio se pelean por el diseño de la tabla salvavidas. “Cuando empezó la crisis, el Gobierno dijo que nadie se iba a quedar atrás, pero nos estamos quedando muchos” , advierten.

Los hosteleros hacen hincapié en que la situación no afecta únicamente a los titulares de los locales: “Esto es una rueda, detrás de nosotros están los empleados, los proveedores...”, destaca Alberto García, del Mesón O Pote. En el grupo asienten y apelan el daño colateral a otros sectores: “Betanzos es un pueblo que vive de la hostelería, no tiene industria, si cerramos, se hunde”, añade Ana Belén Gómez, que apunta a las repercusiones del cierre de bares y restaurantes en el comercio. “Es una cadena”, recalcan.

SOS Hostelería Betanzos subraya que son una plataforma “apolítica” y entiende que se trata de una “situación muy compleja”, pero echa en falta que los gobiernos se dejen asesorar por personas del sector. “Tienen que poner a gente de nuestro campo a gestionar esta crisis porque da la sensación de que las decisiones se quedan a medio camino. No dudamos de su buena intención, pero parece que nos toman el pelo”, lamenta Alberto García.

Lamentan que algunas administraciones pongan como condición para percibir ayudas no tener deudas ahora que están “con el agua al cuello” y cuestionan la utilidad de los préstamos ICO: “¿Cómo nos vamos a atrever a endeudarnos sin saber si en un par de meses nos vuelven a cerrar? , se preguntan. La plataforma se reunirá hoy con el Gobierno local, que afirmaba ayer que acaba de ingresar las ayudas.