La Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo reclama que se estudie el impacto conjunto de los quince parques eólicos que se encuentran en fase de tramitación o solicitud para instalarse en su territorio. La Unesco solicitó información el mes pasado a la entidad de custodia del territorio después de que dos vecinas (la bióloga Mónica Fernández-Aceytuno y la directora de Casa Grande de Xanceda, Cristina Fernández-Armesto) alertaran del impacto sobre el paisaje, el patrimonio, la flora y la fauna de la reserva que tendrán los “macroparques” proyectados, algunos en suelos protegidos o con yacimientos arqueológicos.

Las empresas que promueven los parques, Greenalia y Galenergy, defienden que las alternativas seleccionadas evitan los enclaves protegidos y destacan que tomarán medidas para reducir al mínimo el impacto en el paisaje, la flora y la fauna o el patrimonio.

En respuesta al requerimiento de información de la Unesco, la entidad de As Mariñas ha emitido un informe al que ha tenido acceso este diario en el que detalla que en la actualidad se encuentran en fase de tramitación o solicitud quince parques, con los que su territorio acumularía un total de 178 aerogeneradores. Estos parques triplicarían los existentes en suelo de la reserva, ya que en la actualidad hay seis ya en explotación o autorizados, y duplicarían el total de aerogeneradores, dado que se prevén 98 nuevos, que se añadirían a los 80 ya existentes.

La Reserva asegura que ha presentado alegaciones, consideraciones previas y propuestas a “todos los proyectos sometidos a evaluación ambiental que afectan al territorio”. Ha reclamado que se estudie el impacto del total de las iniciativas que se tramitan sobre su ámbito y que se sometan a evaluación de impacto ambiental conjunta los proyectos que compartan infraestructuras, como líneas de alta tensión o subestaciones, circunstancia que se da en varios de los parques proyectados en suelo de la Reserva.

Esta supuesta fragmentación indebida fue denunciada por las vecinas que pidieron la intervención de la Unesco, que alertaron de que los seis parques de Monte do Gato y los proyectados en el área Ordes-Curtis son realmente “macroparques” con un “fraccionamiento fraudulento” que les permite someterse solo a la supervisión de la Administración autonómica y sortear la fiscalización del Estado y las exigencias correspondientes a proyectos de mayores dimensiones. Formaciones políticas como el BNG han denunciado también este extremo y han recurrido todos los proyectos en tramitación en el ámbito de Monte do Gato para reclamar un análisis conjunto.

La entidad de As Mariñas propone medidas compensatorias y ha exigido un estudio exhaustivo de los impactos que las instalaciones podrían ocasionar a hábitats y especies, en los casos en los que existía “cercanía o afección directa de las instalaciones a espacios naturales protegidos”. En su escrito, detalla que ha demandado además a las promotoras que replanteen las instalaciones proyectadas en el interior de las zonas de núcleo —las de mayor protección— y en espacios propuestos para la ampliación de la Red Natural 2000 en el año 2012 —pendiente de aprobación—. La Consellería de Medio Ambiente ha evitado responder a las preguntas de este medio sobre el impacto de los proyectos en las Brañas do Deo y la sierra Cova da Serpe, incluidos en la propuesta de ampliación de la Rede Natura.

La Reserva incide en su escrito en que el órgano competente a nivel autonómico, la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, no cuenta con la entidad entre los colectivos a los que consulta para tramitar estos proyectos. El organismo supramunicipal demandó el mes pasado a la Xunta que lo incluya “como institución a ser consultada previamente al trámite de la evaluación de impacto ambiental de los proyectos situados en el territorio de la Reserva de Biosfera”.

Mónica Fernández-Aceytuno, la bióloga vecina de Oza-Cesuras que alertó de la omisión de mámoas en uno de los proyectos y forzó a la empresa a redactar un nuevo estudio arqueológico, y Cristina Fernández-Armesto. directora de la empresa Casa Grande de Xanceda, la principal productora láctea ecológica de Galicia, denuncian en su escrito ante la Unesco que las empresas “han dividido artificiosamente sus proyectos en parques eólicos de menor envergadura” y defienden que deberían tramitarse sin esas divisiones “ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico” y no solo ante la Xunta. Auguran un “impacto” para la reserva “desastroso” y alertan de que, si se espera a la revisión periódica de la Reserva, prevista para 2023, ya que se realizan cada diez años, “será demasiado tarde”.

Fernández-Aceytuno ha presentado además alegaciones al parque Gato en el que alerta de la omisión en el proyecto dos humedales con presencia de anfibios incluidos en el catálogo de especies amenazadas, de un camino real de un Bien de Interés Cultural que recoge el Concello de Aranga en su PXOM: la Torre o Castillo de Teodomiro, del año 551 que no está geolocalizado, pero que el plan general ubica en la zona en la que están proyectadas infraestructuras del complejo eólico.

La Reserva de Biosfera celebrará hoy su asamblea anual. La preocupación por tramitación de parques eólicos ya se abordó en la mesa sectorial de medio ambiente a instancias de entidades ecologistas como Adega, Hábitat o la Sociedade Galega de Historia Natural. A consulta de este diario, responsables de Adega avanzaron que prevén alcanzar hoy un posicionamiento conjunto para la defensa del territorio.

La Reserva y las empresas promotoras discrepan sobre el impacto en Monte do Gato

Las empresas promotoras de los parques eólicos en tramitación en el área de desarrollo Monte do Gato y Cova da Serpe minimizan el impacto ambiental de los proyectos y defienden la importancia de apostar por las energías renovables. En los estudios de impacto ambiental de los proyectos en Monte do Gato —Felga, Seselle, Feás, Gato, Penas Boas y Fontella—, Greenalia y Galenergy destacan que se tomarán medidas para minimizar la afección sobre enclaves de interés ambiental, en especies vulnerables o en elementos patrimoniales; afirman que en los trabajos de campo han constatado la degradación de ecosistemas por la falta de conservación o la invasión del eucalipto e inciden en que los trabajos de instalación de los aerogeneradores y el resto de las infraestructuras se compaginarán con labores de conservación y puesta en valor de entorno natural y de los elementos patrimoniales presentes en la zona como la necrópolis megalítica. En sus alegaciones al parque Gato, a las que ha tenido acceso este diario, la Reserva de Biosfera discrepa de las conclusiones de Greenalia. La entidad, en la misma línea que partidos como el BNG, formaciones ecologistas como Adega o particulares, alegan al interés ambiental y patrimonial del ámbito, advierte una fragmentación indebida de los parques proyectados en Monte do Gato y demanda un análisis conjunto. Apunta al hecho de que el parque Gato, con seis aerogeneradores, comparte subestaciones o líneas eléctricas con otros parques proyectados en un radio de cuatro kilómetros que suman en total 40 molinos: “El parque Gato se encuentra a escasos 400 metros del de Felga, a 585 metros del de Fontella, 1,9 kilómetros del de Feás, a 3,5 kilómetros del de Penas Boas y a 3,1 kilómetros del de Seselle”, advierte en sus alegaciones, en las que llama la atención sobre el hecho de que la subestación del parque Gato está diseñada para evacuar la energía de los de Felga y Penas Boas. “No se pueden ignorar los efectos acumulativos del conjunto de estos parques, que serán superiores a los resultantes de su análisis independiente”, advierte. La Reserva incide en el hecho de que el parque Gato se localiza en una zona tampón de la Reserva de Biosfera y que el área de afección del proyecto abarca la zona núcleo, en alusión a las Brañas do Deo, incluida en la propuesta de ampliación de la Rede Natura. Insta por ello a revisar la normativa de afectación ante una posible incompatibilidad. La Reserva incide en el valor ambiental de los humedales, especialmente las Brañas do Deo, “uno de los sistemas higroturfófilos más notables de toda Galicia” y en el impacto en afluentes del Mandeo o en el río Fervenzas y ve preciso un análisis exhaustivo en brañas y turberas y un nuevo inventario de la fauna catalogada como vulnerable. Advierte también del impacto severo a 17 mámoas de la necrópolis y de la omisión del BIC Torre Teodomiro, que el PXOM de Aranga ubica en el ámbito.