La ampliación del aeropuerto de Alvedro y sus edificaciones se realiza en terrenos de Culleredo, al igual que otras obras, pero el Concello no tiene voz ni voto en ninguno de los órganos que deciden sobre afecciones, expropiaciones y derribos, desvíos e impactos. El Gobierno local ayer anunció que se pondrá en contacto con el ministro de Transportes José Luis Ábalos para demandar la participación del Ayuntamiento en “cuantos foros formales existan” porque sería “un error” dejar “al margen de la toma de decisiones” al Ayuntamiento.

El Ejecutivo cree que es posible compatibilizar las necesarias infraestructuras aeroportuarias con el desarrollo de los núcleos del entorno y el mantenimiento de la calidad de vida de los vecinos. El Gobierno local planteará al ministerio que se impongan “tasas a las compañías” aéreas en función del ruido que generen los aviones o la contaminación medioambiental también, además de solicitar que se supriman los vuelos en horario nocturno.

El plan director del aeropuerto estipula unas zonas de servidumbres acústicas que según el Concello “no favorecen ni protegen a las zonas habitadas actualmente afectadas por las infraestructuras”, por lo que exigirá el cumplimiento de las directivas europeas en cuanto a evaluación y gestión del ruido ambiental, no solo para poner aislamiento acústico en el interior de las casas, sino también para eliminar el ruido en el exterior. Culleredo defiende que luchará porque los vecinos afectados reciban “compensaciones o indemnizaciones” y que las cobren “en plazo razonablemente corto” y que sus bienes tengan una “valoración de mercado”.

El Concello duda de que sea necesario ampliar ahora Alvedro, dada la disminución de pasajeros por la pandemia y en el futuro por el AVE.