Febrero de 2005. Febrero de 2020. Julio de 2021. La instantánea es prácticamente la misma. Un grupo de personas concentradas ante el portalón de una quinta de San Paio, en Bergondo. La reclamación también es idéntica: la eliminación de un punto negro en el que se han registrado varios accidentes graves y que hace casi dos años se cobró la vida de un ciclista.

Entre los asistentes a la protesta cunde cierta sensación de déjà vu. El momento actual de la tramitación para erradicar este punto peligroso, dicen, les recuerda poderosamente a la situación en 2004, cuando, tras varios años de reclamaciones, la Diputación inició los trámites para ampliar la vía, que se estrecha considerablemente a su paso por Villa Julia, la quinta rebautizada ahora como Villa Valdeameno.

El propietario de esta vivienda protegida se opuso a la expropiación del muro y parte de la parcela para ampliar la carretera provincial DP-0810. Tras alegar vía administrativa, recurrió a los juzgados. En 2007, la Justicia le dio la razón y decretó que la Diputación no podía expropiar nada que perteneciese a esta finca al considerar que debía ser protegida y conservada en su integridad, muros incluidos.

El fallo frustró las expectativas de mejora de la vía y obligó a la Diputación a remodelar el proyecto y a renunciar a la ampliación de la vía en este punto.

El accidente mortal de febrero de 2020, en el que perdió la vida un ciclista arrollado por un camión, reactivó las protestas y llevó a la Diputación a apurar un nuevo intento y a instar a la Xunta a levantar la protección del cierre que, según los residentes en la zona y el Concello bergondés, “no tiene valor patrimonial alguno” y es de la década de los noventa. La institución provincial comenzó a tramitar en junio de 2020 un nuevo proyecto, pero nuevos obstáculos han paralizado la tramitación. El propietario de Villa Julia ha solicitado a la Xunta que catalogue unos magnolios de la finca y llama la atención sobre la singularidad de uno que limita con el cierre de la finca. La Diputación y el Concello han alegado contra su solicitud y argumentan que el ejemplar no reúne las características que justifiquen su inclusión en el Catálogo de Árbores Senlleiras y que tampoco se ubica en un espacio ajardinado notorio.

La institución provincial lamenta además las trabas impuestas por el dueño de Villa Julia para redactar el proyecto, que le llevó hace meses a recurrir al Boletín Oficial del Estado para requerir acceso a la finca para realizar un estudio topográfico. Según informan desde el Concello, los impedimentos del titular han llevado a la Diputación a presentar finalmente un recurso contencioso.

La tramitación, veinte años después de las primeras demandas de mejoras, está en punto muerto. Y la paciencia de los residentes se agota. Non máis mortes, O pobo non entende que patrimonio defende fueron algunos de los lemas que podían leerse ayer en las pancartas. Todos los grupos de la Corporación de Bergondo secundaron la protesta. La alcaldesa, Alejandra Pérez, lamentó las “trabas” del dueño de Villa Julia y advierte del riesgo de mantener la vía en estas condiciones.