Entre Meicende, la refinería de Repsol, el pequeño núcleo de Borroa y la autovía del puerto exterior (AC-15) existe una bolsa de suelo empresarial pendiente de desarrollar en la que los terrenos son, en su mayoría, propiedad de Acciona Biocombustibles y la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, Sareb, el conocido como banco malo. Esta última entidad ha mantenido contactos con el Concello de Arteixo durante estos meses para intentar impulsar este desarrollo. El alcalde, Carlos Calvelo, explicó, al ser preguntado por estas negociaciones, que la principal condición que impone el Gobierno local para esta iniciativa es que se construya el enlace de Meicende, una conexión entre la AC-15 y la carretera de Pastoriza (AC-415), que depende del Ministerio de Transportes. “Si no hay enlace de Meicende, no vamos a permitir ningún desarrollo de suelo”, advirtió el regidor.

El motivo que aduce Calvelo para condicionar este desarrollo industrial a esta infraestructura viaria es que no quiere “más tráfico” en el núcleo de Meicende, que ya registra una intensidad media diaria superior a los 10.000 vehículos, entre los que se encuentran numerosos camiones que entran y salen de la refinería de Repsol. El enlace, según indica el alcalde, permitiría desviar el tráfico pesado existente y el que se generaría con el nuevo polígono. Además, el impulso de esta bolsa de suelo incluiría la construcción de una carretera entre la avenida del Butano y el enlace de Meicende. Esta actuación la asumirían los propietarios de los terrenos.

El proyecto de la conexión entre la AC-15 y la AC-415 acumula una larga tramitación administrativa. El Gobierno local arteixano solicitó formalmente la obra en septiembre de 2011 y no fue hasta tres años después, en 2014, cuando se aprobó el inicio del expediente para poder construirlo. El proyecto de trazado del enlace no se conoció hasta mayo de 2015. La propuesta diseñada por consistía en la construcción de un acceso a la autovía de Langosteira desde la carretera de Meicende y Pastoriza, con dos rotondas en este último vial. El coste estimado era de 8,5 millones de euros.

El departamento estatal remitió, en marzo de 2017, la documentación necesaria para iniciar el trámite de impacto ambiental. Diez meses después, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural acordó exigir un estudio de impacto ambiental ordinario, lo que supone alargar la tramitación de forma sustancial, al detectar carencias en la documentación presentada por la Dirección General de Carreteras. El Ministerio de Medio Ambiente consideró que “el proyecto supondrá una barrera física importante que romperá la actual conexión entre los núcleos de Meicende y Pastoriza”. En la actualidad existe una acera que comunica las dos localidades. El Concello de Arteixo advirtió en sus alegaciones que el proyecto no incluye la reposición de esta senda peatonal. Por este motivo el Ministerio aseguró que “sería preciso analizar la posibilidad de modificar” la propuesta “para permitir la conexión entre las dos poblaciones”. Desde este trámite, no ha habido avances públicos.

Planta de biodiésel

En el mismo ámbito de suelo que ahora la Sareb intenta impulsar para poder vender la superficie que posee, hace 14 años, el grupo Acciona anunció que construiría una factoría de producción de biodiésel en la que invertiría 80 millones de euros y crearía 35 puestos de trabajo.

Esta instalación produciría biodiésel a partir de aceites vegetales y la factoría se ubicaría próxima a la refinería de Repsol, que sería el cliente principal de la misma.

El proyecto nunca se hizo realidad ante las dificultades de la empresa para cerrar el plan para reurbanizar la zona como exige la normativa municipal y por las dificultades para llegar a acuerdos con el resto de propietarios de terrenos.