Planta de residuos de Lubre: Los técnicos de Urbanismo advierten de su “difícil encaje” por su impacto en el rural
El arquitecto municipal de Bergondo cuestiona la compatibilidad de la finca con la actividad de valorización de residuos de construcción
El departamento de Urbanismo de Bergondo ha emitido un informe contrario a la instalación de una planta de residuos en Obra de Paño, Lubre, por su impacto en un entorno rural. El arquitecto municipal, en respuesta a la petición de un informe sobre la compatibilidad de la parcela con la actividad de valorización de residuos de construcción y demolición que solicitó la empresa promotora, Celso Núñez, concluye que tiene “difícil encaje en el ordenamiento urbanístico vigente”.
El funcionario admite que la valorización de residuos de construcción y demolición está permitida en suelo rústico, pero advierte de que esta actividad “no se enmarca dentro de las vinculadas a la gestión sustentable de los recursos naturales o dentro del concepto de actividad complementaria de primera transformación”.
Los servicios técnicos municipales sostienen además que la valorización de residuos de construcción y demolición “tampoco guarda una relación directa con el medio” y consideran que el proyecto presentado “no justifica la necesidad de su localización” en esta parcela de suelo rústico de Lubre.
El departamento de Urbanismo sostiene además que la memoria aportada por la empresa promotora no acredita el interés público o social de la actividad proyectada y “en ningún caso justifica que la actividad deba emplazarse obligatoriamente en el medio rural”, cuando lo aconsejable es que se lleven a cabo en zonas industriales.
Los técnicos tampoco ven acreditado el supuesto de concurrencia de excepcionalidad.
La emisión de este informe llega casi dos años después de que los vecinos se movilizasen contra esta planta de residuos, que recibió también las alegaciones de los concellos de Bergondo y Sada en el proceso de evaluación ambiental.
La Xunta todavía no se ha pronunciado definitivamente sobre este proyecto. En 2020, el Gobierno gallego acordó someter a evaluación de impacto ambiental el proyecto de una planta de almacenamiento, valorización y eliminación de residuos industriales no peligrosos por sus “previsibles efectos significativos sobre el medio ambiente.
La Consellería de Medio Ambiente cuestionó entonces la ubicación propuesta que, advertía, ocasionaría un “impacto paisajístico significativo”. El departamento autonómico alertaba además del impacto acústico y del riesgo de vertidos al río Maior.
Casi dos años después, en febrero de 2022, en respuesta a una pregunta del BNG en el Parlamento, la Xunta evitó pronunciarse sobre el proyecto y se limitó a decir que actuaba “de acuerdo a la legislación aplicable a través de los procedimientos administrativos habilitados al efecto” y que estaba al tanto de todas las alegaciones presentadas.
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