Betanzos abrió en los últimos 15 días cinco expedientes por el mal estado de inmuebles

El Concello tiene abiertos más de cien de requerimientos | Una nueva ordenanza abre la vía de la venta forzosa | Rescinde de forma definitiva el contrato del plan del casco histórico

Inmueble abandonado en el casco histórico de Betanzos. |   // LA OPINIÓN

Inmueble abandonado en el casco histórico de Betanzos. | // LA OPINIÓN / Antares Pérez

El Concello de Betanzos ha dictado cinco órdenes de ejecución en la primera quincena de diciembre por el mal estado de conservación de varios edificios. Cuatro de los cinco expedientes afectan a viviendas del casco histórico, situados en las calles Ferreiros, Travesa y Marina, según detalla la relación de decretos de la que dio cuenta el Gobierno local en el último pleno.

El Ayuntamiento brigantino tiene abiertos más de un centenar de expedientes por la deficiente conservación de inmuebles en la zona monumental. Son varios los factores que propician este declive, entre otros, el progresivo abandono del casco histórico, apuntan desde el departamento de Urbanismo.

A nivel administrativo, el principal escollo lo constituyen los edificios repartidos entre varios herederos, algunos en paradero desconocido, lo que complica la instrucción de los expedientes. En otros casos, es la escasez de recursos de los propietarios la que frena la rehabilitación de inmuebles singulares.

El elevado número de inmuebles en mal estado de conservación y las dificultades para proceder a su rehabilitación han llevado al Concello brigantino a aprobar una ordenanza con la que pretende, entre otros extremos, agilizar los procedimientos y regular medidas excepcionales, como la venta forzosa en aquellos casos en que los propietarios incumplan reiteradamente los requerimientos dirigidos a su rehabilitación.

La zona monumental se rige por el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepoch) aprobado en 1992. El Concello adjudicó en 2019 la redacción del nuevo documento a Estudio Thuban, pero en marzo de este año inició los trámites para rescindir el contrato por incumplimiento. La tramitación tuvo más que un escollo y el Concello tuvo que reiniciarlo tras declarar la caducidad del expediente.

La Junta de Gobierno local del 23 de noviembre acordó desestimar las alegaciones de la empresa redactora y resolver el contrato al concluir que el documento presentado para su aprobación inicial resultaba “impreciso, incompleto y no adaptado a la legislación urbanística”, por lo que, de aprobarse, se incurriría en “defectos de forma y de fondo” .