Opinión

El papa Francisco según Raúl Pérez

Regresan las estrellitas al gallinero televisivo, después de haberse pegado unas colosales vacaciones. En El intermedio (La Sexta) parece que una de sus grandes preocupaciones para este 2023 es el futuro del papa Francisco. Los rumores acerca de que este pontífice también quiere abdicar han movido al Gran Wyoming a pedirle una entrevista, cosa que ha conseguido gracias al caricato Raúl Pérez, que ha hecho una clonación de Francisco sencillamente perfecta. Comenzó Wyoming preguntándole por su colega recientemente fallecido, el papa abdicado o emérito Benedicto XVI. Y Francisco respondió: “Debe estar ahora mismo sentado a la derecha del Padre, porque en la izquierda nunca se sintió cómodo”.

¡Ahh! Picante arpegio. Resulta que entre papas también hay confrontación ideológica. Insistía Wyoming sobre esta posible disidencia entre ellos, y para chincharle preguntó: “¿Va usted a santificar a Benedicto XVI?”. Y el Pontífice exclamó: “Hombre, ¡primero está Messi!”. O sea, la prioridad vaticana actual es lo balompédico.

Bien mirado quizá habría que santificar primero a Pelé y a Maradona. Sobre Pelé ha ocurrido un suceso televisivamente resaltable: su funeral prácticamente se ha solapado con el de Benedicto XVI. Y las cadenas de televisión se estrujaban el cerebro para solucionar el problema: ¿a quién damos prioridad, a las exequias del papa Ratzinger o a las del mejor futbolista del siglo XX? Muchos lo solucionaron colocando las honras fúnebres de Pelé en paralelo, pero en la zona que los informativos reservan a los deportes.

De esta clonación de Francisco a mí me pareció oportuno que le preguntasen quién le gustaría que le sucediese. Contestó: “Otro papa no, ¡una mamma!”. O sea, Francisco desea una papisa para sucederle. ¡Ah! En la historia vaticana ha habido papisas tremendas. Les aconsejo el ensayo de la psicóloga y escritora Ana Martos Rubio, Papisas y teólogas (Edit. Nowtilus, 2008), o La Papisa, de Donna W. Cross (Edit. Salamandra, 2016). Ahí encontrarán las andanzas de la papisa Juana, que se travistió de hombre y dicen que en el año 855 llegó a Pontífice de Roma. Pero quedó embarazada y dio a luz cuando oficiaba una procesión. Y se armó un cacao descomunal.

Los teólogos vaticanos lo consideran una mentira horrorosa propalada por el satírico Giovanni Boccaccio. El tema, en cualquier caso, es sugerente.

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