Ve con buenos ojos que las autoridades sanitarias realicen test para analizar la inmunidad de la población ya que, asegura, es el paso previo indispensable para establecer las medidas del progresivo desconfinamiento de la ciudadanía, pero se muestra poco optimista sobre cuándo estará lista una vacuna para hacer frente al coronavirus. "Si en virus que ya conocemos como puede ser la gripe se tarda de seis a nueve meses, en algo nuevo como el Covid-19 hablamos de años y eso siempre que se encuentre una que funcione, que no siempre ocurre", asegura la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, la catedrática gallega África González Fernández.

La Xunta va a realizar 100.000 test para conocer el grado de inmunidad de la población y el Ministerio también realizará otras muestras similares. ¿Es lo adecuado ahora mismo?

Sí, me parece bien que se hagan detecciones de anticuerpos por varias razones. Por una parte van a ayudar a complementar los diagnósticos PCR porque puede haber gente que dio negativo o no sabía que estuvo expuesto porque fue asintomático y que al ver que ha generado anticuerpos sabremos que ha estado expuesto al coronavirus. Además es muy importante estudiar qué tipo de anticuerpos son. Hay de dos tipos, los que aparecen al inicio de la enfermedad y los que surgen a los 14 o 21 días. De este modo sabremos si esa persona está pasando todavía por la enfermedad o si por el contrario ya ha pasado más tiempo, ha desarrollado el segundo tipo de anticuerpos y durante al menos unos meses ya ha generado defensas contra el virus.

¿Pero 100.000 son suficientes para Galicia?

Muchas veces el número de tests depende del porcentaje de nuevos contagios, de la incidencia y por eso no se puede generalizar. Por ejemplo, en Madrid, una zona con muchos casos, lo normal es hacer más test y no en función de la población sino por la tasa de contagios. En el caso de Galicia, donde el número de infectados no es, por el momento, tan excesivo, creo que 100.000 puede ser una cifra suficiente y que imagino que se ha tomado en base a diferentes estudios.

¿Lo ideal sería hacer test a toda la población?

En un mundo ideal, sí, pero es muy difícil hacérselos a todo el mundo. Desde la Sociedad Española de Inmunología apostamos por que se hagan a un porcentaje representativo y está claro que cuantos más se hagan, más información tendremos para preparar la desescalada. Algunos países como Corea apostaron por hacer muchos tests PCR y delimitar así qué población estaba infectada y aislarla, algo que tienen que repetir pasado un tiempo. Por desgracia, el confinamiento es la mejor medida para disminuir la dispersión del virus mientras no tenemos otros mecanismos.

Saber qué parte de la población estuvo expuesta al virus, ¿cómo ayuda de cara a preparar la salida de la cuarentena?

Haciendo la detección de anticuerpos en ciertos sectores como trabajadores de farmacia, de supermercados, residencias, sanitarios y una parte de la población tendremos información para preparar la desescalada del confinamiento, la apertura y vuelta a la normalidad. De este modo se podrá establecer, por ejemplo, quienes pueden volver a trabajar de forma sectorial aunque no sea todos a la vez. Además, después de estas pruebas de anticuerpos hay una segunda fase, en la que deben realizarse otros tests, no tan rápidos pero más sensibles (técnica Elisa y quimioluminiscencia) que nos permitirán hace un seguimiento de los anticuerpos generados, es decir, ver la evolución de las defensas, cuanto duran, en qué cantidades, saber si hay diferencia entre los anticuerpos de un paciente que estuvo grave y alguien sano que se infectó, etc... A nosotros nos interesa no solo estudiar los anticuerpos sino cómo el coronavirus afecta a otras células, al sistema inmunitario en general.

Entonces, ¿todavía no se sabe cuánto dura la inmunidad al coronavirus una vez que se ha superado?

No, no se sabe porque es un virus nuevo y solo llevamos cuatro meses de pandemia. Hasta ahora lo que se ha visto es que se mantiene la inmunidad al menos unos meses y en otros virus similares, suele durar un año y en algunos pacientes incluso más.

¿Tiene sentido, entonces, el dar un carné de inmunidad a quienes se han curado como proponen algunas comunidades autónomas?

Como una especie de carné protector no parece que tenga lógica ya que no sabemos cuando dura esa inmunidad.

Otros países como Suecia han apostado por la inmunidad grupal y solo confinan a personas de grupos de riesgo....

Eso es algo que hizo al principio Reino Unido y lo único que consiguió fue la expansión del virus y lo mismo en Estados Unidos. Creo que en este caso se ha entendido mal el concepto de inmunidad de grupo. Eso tiene sentido en las vacunaciones. Por ejemplo, si tienes a gran parte de la población vacunada del sarampión, los vacunados ejercen como de frontera hacia quienes al estar inmunodeprimidos o por otras causas no pueden vacunarse. Hay protección porque los vacunados han desarrollado defensas contra esta enfermedad, no contagian la patología porque no que son portadores del virus y como casi no hay casos, el virus apenas circula. Pero el coronavirus es diferente, el virus sí que circula y hay muchos casos asintomáticos. Ahora mismo lo que hay que hacer es esperar y analizar no tanto el porcentaje de fallecidos como los nuevos contagios. Cuando se llegue a registrar pocos casos positivos nuevos, que estén focalizados y puedan aislarse será el momento de la apertura. Se analizará esto y las cifras de cuantas personas han desarrollado inmunidad para ir abriendo poco a poco diferentes sectores.

Y entonces mayores y grupos de riesgo, ¿no deben salir hasta que se tenga una vacuna?

Serán los últimos y cuanto más tarde mejor. Cuando salgan deberán hacerlo guardando las medidas de distancia de seguridad e higiene actuales, seguramente no podrán acudir a zonas masificadas... En general yo espero que poco a poco, en unos meses, podamos volver un poco a la normalidad, a pasear, caminar, ir a parques... Además viene el buen tiempo y se piensa que el coronavirus puede reducirse con temperaturas elevadas y la luz ultravioleta daña a los virus.

¿Y los niños? Podrán salir a partir del 27 de este mes, pero algunos presidentes autonómicos y expertos pedían que pudiesen hacerlo ya.

Hay que ser muy cuidadosos porque los niños puede ser vectores de transmisión asintomáticos, son vulnerables pero en el otro sentido. Desde la Sociedad Española de Inmunología lo que aconsejamos es que se hicieran primero los test, esperar dos o tres semanas para ver cómo es la inmunidad en cada autonomía. Si en Galicia, por ejemplo, el 90% ha desarrollado los anticuerpos que más tardan en aparecer, se puede salir con mayor tranquilidad.

Entonces, ¿puede que no todas las comunidades deban salir a la vez del confinamiento?

Exactamente. Si una autonomía tiene niveles bajos de contagios parece que relajar las condiciones de confinamiento tiene cierto sentido, pero siempre que se controlen los movimientos por carretera u otros medios, no puede haber desplazamientos entre comunidades.

Hay numerosas investigaciones en marcha para dar con una vacuna contra el coronavirus, ¿es optimista?

No soy muy optimista porque hacer una vacuna lleva tiempo. Es una medida preventiva y que se va a usar en personas sanas, por tanto, debe garantizarse que es segura, que quien la recibe genera anticuerpos y que realmente protege, es decir, que esa persona no se infecta y para todo eso, para estudiar que protege, se necesitan meses. Cuando se trata una vacuna para un virus conocido, como el de la gripe, se tarda entre seis y nueve meses. En el caso de un nuevo virus, como este, hablamos de años. Y además hay que encontrar una vacuna que funcione y esto no siempre ocurre, no creamos que porque la comunidad científica haya empezado estudios, se va a conseguir. Llevamos 30 años sin vacuna para el sida y tampoco las hay eficaces para la tuberculosis o la malaria.

Algunos países usan una vacuna para la tuberculosis.

Sí, se trata de la vacuna BCG que se ha descubierto que en zonas donde gran parte de la población está vacunada genera lo que se llama una inmunidad entrenada, es decir, parece que activa el sistema inmunitario y la inmunidad aumenta no solo respecto a la tuberculosis, sobre la que realmente no protege del todo, sino sobre otras cosas. Podría ser una alternativa a estudiar para ciertos grupos o mayores.