Las mujeres sufren más riesgo de exclusión social y carencia material severa en España

Lo tienen más difícil que los hombres para llegar a fin de mes o comer proteínas

REDACCIÓN

En España hay más mujeres que hombres en riesgo de pobreza, exclusión social y carencia material severa. El Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra cómo son más las mujeres que tienen dificultad para llegar a fin de mes, comer de forma adecuada, mantener su casa a la temperatura deseable o irse de vacaciones, según la Encuesta de condiciones de vida, relativa a 2022 y hecha pública ayer por el INE, que integra tres indicadores en la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, llamada Arope.

Así, el 27,2% de las mujeres en España está en riesgo de pobreza o exclusión social (frente al 24,8% de varones): el 21,1% tiene ingresos bajos en relación al conjunto de la población (1,3 puntos más); el 8,2% padece carencia material y social severa (un punto más que los hombres) y un 9,4% vive en hogares con baja intensidad en el trabajo (frente al 7,9% de los varones). Aún es peor el escenario en el que viven los niños y niñas. La tasa Arope para los menores de 16 años llega hasta el 32,2%. El 27,7% se encuentra en riesgo de pobreza y un 10,9% padece carencia material y social severa. La mitad de los hogares monoparentales maternos está en riesgo de pobreza o exclusión y más del 65% tiene dificultades para llegar a fin de mes.

El riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide la desigualdad, precisa el INE, “no mide pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población”. La tasa Arope en 2022, con datos de renta de 2021, se situó en el 20,4%, frente al 21,7% del año anterior. Es mayor entre las mujeres (21,1%) que entre los hombres (19,8%). El grupo en el que se da una mayor tasa es el de niños y niñas menores de 16 años, un 27,7%. Las mujeres presentan porcentajes más elevados que los hombres en el riesgo de pobreza, salvo en los grupos que van de los 0 a los 16 y de los 16 a los 30 (28,4 y 22,7%, respectivamente, frente a 27 y 21,8% para ellas). Sin embargo, a partir de los 30 años, los porcentajes femeninos son superiores y alcanzan una brecha de cuatro puntos en la tercera edad.