Entrevista | Priscila Retamozo Ramos Politóloga, formadora en Igualdad de Género

“Es injusto depositar toda la responsabilidad de denunciar en la víctima”

“Los discursos que deshumanizan a las mujeres, las objetualizan y las sexualizan tienen como resultado la violencia sexual”

Priscila Retamozo.   | // RICARDO GROBAS

Priscila Retamozo. | // RICARDO GROBAS / ÁGATHA DE SANTOS

ÁGATHA DE SANTOS

Asistimos a un alarmante aumento del negacionismo machista y del consumo de pornografía por parde de chicos cada vez más jóvenes, lo que normaliza la violencia contra las mujeres. Frente a esto, Priscila Retamozo, politóloga y formadora en igualdad de género, aboga por el trabajo pedagógico para desarmar el ideario machista, prestando atención a los nuevos discursos, como los que promueve la “manosfera”, una red de comunidades de hombres en línea contra el empoderamiento de las mujeres que promueve creencias sexistas y fomenta el resentimiento e incluso el odio hacia las mujeres y niñas.

¿Se sigue creyendo que la violencia de género sólo es la física y que comportamientos como el control de las redes sociales o del móvil no lo son?

Así es. Tampoco extraña, podría nombrarte una decena de series, películas o libros donde esos comportamientos son edulcorados y presentados como muestra de amor. La adolescencia recoge comportamientos normalizados en la ficción y no cuenta con un relato alternativo porque la educación sexual, prácticamente inexistente, no lo aborda y tampoco lo hacemos desde las familias por desconocimiento. El resultado es obvio. La idea de amor también se construye y el hegemónico a día de hoy es el amor patriarcal, germen de la violencia de género.

¿Desde dónde hay que trabajar para acabar con esto?

Desde absolutamente todos los ámbitos. En mi opinión, la educación es un ámbito fundamental. Las aulas han hecho grandes esfuerzos y eso ha dado sus frutos. No hay que invisibilizar los logros, el avance es irremediable en muchos aspectos. Pero también hay que hacer autocrítica, necesitamos reelaborar algunos discursos, para adaptarlos a nuevas realidades y no causar cansancio repitiendo los mismos mensajes. Además, queda trabajo por transversalizar la perspectiva de igualdad de género. Las charlas, talleres y actividades puntuales suman, pero no solucionan por sí solas el grave problema del machismo y el negacionismo machista. Necesitamos cambios estructurales. También los medios de comunicación son aliados esenciales, tanto en la oferta personajes masculinos y femeninos que puedan ser referentes de igualdad para las nuevas generaciones, como informando con solidez y de la mano de especialistas. Por último, las familias necesitan apoyo para poder prevenir este problema social de gran calado. Sólo sumando fuerzas y trabajando conjuntamente podremos erradicar la violencia.

El 78% de las adolescentes que sufren violencia de género no denuncian. ¿Por qué?

Hay desconfianza en el sistema de justicia. Muchas temen ser revictimizadas y que los agresores se sientan impunes. Otras veces, las víctimas quieren simplemente seguir con sus vidas. La prioridad es recuperarse de las secuelas del maltrato y no tienen fuerzas para enfrentarse a procesos judiciales largos y complejos. La verguenza o el miedo a ser señaladas por su entorno también es una causa. Depositar toda la responsabilidad de denunciar en la víctima es injusto. Tal vez el desafío sea generar discursos sociales que acompañen a la víctima en ese proceso de denuncia, hacerles sentir que no están solas.

-¿Asistimos a un momento de negacionismo de la violencia de género?

Los últimos estudios así lo señalan y es especialmente preocupante. Una parte del fenómeno se explica como reacción patriarcal a grandes avances en materia de igualdad. También podemos encontrar explicación en el crecimiento de la “manosfera”, toda una red de espacios virtuales que dedica sus esfuerzos a extender la misoginia, distorsionar la realidad y divulgar bulos sobre el feminismo y la violencia machista. Ante esta suma de factores es importante seguir insistiendo en informar y sensibilizar a la población. También debemos esforzarnos en hacer pedagogía para desarmar el argumentario machista, prestando atención a los nuevos discursos y actualizando los nuestros para adaptarlos a la actualidad. Queda trabajo, pero vale la pena el esfuerzo.

¿Qué está pasando con las violaciones grupales por parte de chicos cada vez más jóvenes?

La violencia sexual en jóvenes es otra problemática multifactorial. Dicho esto, conocemos algunos elementos preocupantes. Sabemos que el consumo de pornografía, sobre todo desde edades tempranas, normaliza la violencia contra las mujeres y las niñas. Constatamos un aumento de denuncias y aunque carecemos de datos como para afirmar con contundencia que se deben a un aumento de casos y no a un aumento de denuncias, lo cierto es que son lo bastante preocupantes como para ser un problema de primer orden. Es urgente la necesidad de educación sexual en las aulas. Una educación sexual, además, no centrada exclusivamente en la prevención del embarazo y las ITS (infecciones de transmisión sexual) sino, sobre todo, en la dimensión afectiva de la sexualidad. Los discursos que deshumanizan a las mujeres, las objetualizan y las sexualizan tienen como resultado la violencia sexual, como las violaciones grupales. La buena noticia es que los avances en igualdad desarticulan esos discursos y previenen la existencia de violaciones grupales y de la violencia sexual en general.