Endesa ha presentado un proyecto para modernizar los desagües de fondo de la presa del río Eume. El objetivo es, según la documentación presentada por la empresa, poder suministrar de manera continua el caudal regulado de mantenimiento por estos desagües.

Para desarrollar esta actuación será necesario retirar 1.350 metros cúbicos de sedimentos depositados en las inmediaciones de la toma de los desagües que se pretenden modernizar. La energética propone dos alternativas para retirarlos: dragar el depósito de sedimentos mediante una máquina con forma de "cuchara" y transportarlos después a un vertedero autorizado; o realizar un desalojo subacuático mediante un sistema de aspiración por bombas y posterior reubicación de los materiales retirados en un punto seleccionado del mismo vaso del embalse. Esta última ha sido la opción seleccionada por ser la menos perjudicial a nivel ambiental.

Aún así, Endesa reconoce que esta actuación producirá efectos, o riesgo de ellos, en todas las masas de agua del entorno: tanto en el embalse, como en el río aguas arriba de la presa y en la ría de Ares.

En el agua embalsada se producirá "cierta resuspensión de sedimento", lo que puede implicar un incremento de su turbidez, cuando con una bomba se aspire la zona inmediata a las tomas de fondo y se reubiquen los residuos 50 metros aguas arriba. Además, hay riesgo de contaminación del agua y la comunidad biológica -plancton, zoobencos y peces- con aceites y combustibles por las embarcaciones y otra maquinaria que se empleen en esta labor.

Las aguas del río circulantes bajo la presa corren el riesgo de enturbiarse cuando se extraigan entre 30 y 40 metros cúbicos de residuos de la salida de los desagües, al emprender su limpieza. Los aceites, lubricantes y carburantes de la maquinaria también pueden afectar al río.

"Particular atención" pide la energética a los efectos que pueden provocar las pruebas para comprobar el funcionamiento de los nuevos desagües. Estas comprobaciones se realizarían en dos fases, cada una de ellas de tres días de duración, que "es esperable" que causen turbidez en el agua del embalse y que esta salga hacia el río con "cierta carga de sólidos en suspensión" que pueden dañar tanto al agua como a los peces.

Si se producen vertidos de carburantes y aceites al río estos también llegarían a la ría de Ares, al igual que la turbidez del agua, y afectaría a la calidad de sus aguas y a sus peces.