Un torneo de skate y actuaciones musicales de once grupos de distintos estilos integraron ayer el Basticore. Al aire libre y con carácter gratuito, el festival organizado por los jóvenes oleirenses de la asociación Ruido Branco cumple una década de historia desde que naciera en la casa da Silva, ahora trasladado a la pista de skate.

Con cada vez más público y patrocinadores como la firma Vazva, el festival mantiene el objetivo con el que nació: "permitir que la gente disfrute de un día de música gratis y con la filosofía del 'hazlo tú mismo', sin ánimo de lucro", explica un miembro de la organización, Enrique Novoa. "A los grupos se les pagan los gastos de desplazamiento, la comida y el alojamiento, pero lo que ganan con venir es el haber venido. Y se apuntan grupos tanto gallegos como de distintas partes de España, algunos que están girando por festivales grandes", asegura Novoa.

La música, que se extendió hasta la madrugada, comenzó a las 15.00 horas con un DJ, que amenizó la llegada, y pronto comenzaron las actuaciones, que se intercalaban con el torneo de skate en los cambios de banda. "En el torneo participan skaters de distintos niveles y edades, y quien consiga un truco o hacer algo que se le pida, puede llevarse hasta 300 euros", explica.

La organización del festival atrae a sus creadores desde distintos puntos de España y el mundo. "Solo queda uno viviendo cerca, en A Coruña. Los demás estamos fuera, uno acaba de llegar de Taiwán. Venimos al festival y nos volvemos", asegura Novoa. Desde el "folk ambiental" de Ordesa hasta la psicodelia de Moura o la electrónica de InvasiveSessiones ey SuperBustySamurayMonkei, entre otras bandas, sonaron ayer en Bastiagueiro en una cita que, según sus creadores, promete seguir en crecimiento.