El hotel Sara Marina volverá a funcionar. La cadena Alda Hotels ha llegado a un acuerdo con Abanca para la compra del cuatro estrellas, que permanece cerrado desde 2013. La empresa prevé poner en funcionamiento una primera parte del hospedaje el próximo mes junio y proyecta su apertura completa para la Semana Santa de 2019. Alda Hotels rechaza por ahora concretar el importe de la compra del hotel, que Abanca adquirió por 370.000 euros, y apunta que el lunes facilitará más detalles en la presentación oficial de la "adquisición en firme".

La cadena se hará cargo de la gestión de las habitaciones y contará con empresas externas para prestar otros servicios que se ofrecerán a los huéspedes, como el restaurante, el spa o el gimnasio. La reapertura del hotel será gradual: una primera parte abrirá en tres meses, en junio, según planifica la empresa. Detalla que para este verano pretende tener en funcionamiento parte de las 72 habitaciones existentes, no concreta cuántas, y "uno o dos apartamentos piloto" de los veinte dúplex de que dispone el complejo hotelero sadense, asegura la empresa.

En cuanto a la puesta en funcionamiento de los servicios complementarios al de hospedaje, como restauración, gimnasio o spa, la cadena elude concretar plazos. Apunta que dependerá de la negociación con las empresas colaboradoras que los vayan a prestar. La empresa señaló en la mañana de ayer que la falta de precisión sobre más detalles se debía a que todavía estaba todo "muy verde" ya que la firma de la adquisición se realizaba en esos momentos. El lunes, en la presentación oficial, prevé poder ofrecer más detalles.

La compra del Sada Marina un lustro después de su cierre definitivo se produce un mes después de que Abanca y Alda Hotels alcanzaran un principio de acuerdo y cuando la cadena hotelera a terminado de "estudiar la viabilidad del proyecto". La recuperación del inmueble como hotel se impone al final frente a diversas iniciativas planteadas en estos cinco años, como la llegada de la Universidad Privada Fernando Pessoa de una universidad o las ofertas de otras empresas, que no fructificaron. La propuesta formulada en 2017 del representante de futbolistas Pablo García Quilón, administrador de la sociedad Asesores Sport Fútbol, fue una de las más sonadas. El empresario, con experiencia en el sector hotelero, negoció con Abanca sin concretar un acuerdo. "Lo hemos mirado, pero el hotel está bastante mal", explicaba el pasado septiembre a preguntas de este periódico.

Las instalaciones del Sada Marina se encuentran, en efecto, deterioradas. De hecho, hay partes que quedaron inacabadas cuando la entidad Sada Palace renunció a la explotación del hotel, con una concesión de derecho de superficie concedida en 1985 por 75, es decir, hasta 2060. Una piscina que nunca llegó a ejecutarse por completo o una discoteca situada en el sótano que quedó sin utilizar quedaron como muestra de que el hotel de lujo que se concibió nunca alcanzó el éxito previsto.

En la actualidad, el deterioro por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento del inmueble se hacen patentes a simple vista en la fachada. Dentro, sótanos inundados, humedades o grietas daban fe en los últimos tiempos del fracaso del ambicioso proyecto gestado en terrenos ganados al mar.

Alda Hotels, empresa con presencia en A Coruña, Bueu, Santiago, Sanxenxo o Vigo, pretende revitalizar el hotel. La apertura parcial en junio servirá para probar si la resurrección atrae huéspedes.