El límite de circulación en la mayoría de las vías de la ciudad es desde ayer de 30 kilómetros por hora, y el Ayuntamiento va a intentar informar a los conductores del nuevo régimen antes de recurrir a las multas. Según el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Ignacio Borrego, desde su departamento activarán “campañas de información” para buscar la “convivencia” en las vías, aunque si es necesario recurrir a un procedimiento sancionador, este “se aplicará”.

En un acto con los alumnos del colegio de Prácticas celebrado ayer para inaugurar simbólicamente el nuevo límite de velocidad, Borrego evitó concretar si se establecería un periodo de gracia en el que no se aplicarían sanciones, pero afirmó que ante situaciones como estas la actuación es clara: “Lo que solemos hacer es que la gente esté perfectamente informada”. Y añadió que habrá que ir “normalizando un poco la situación”. Las sanciones por incumplir el límite de velocidad, indicó, son por un importe mínimo de 100 euros, que se va incrementando según el exceso que haya cometido el infractor.

La Policía Local, el cuerpo municipal encargado de proponer las sanciones, ya cuenta, según fuentes municipales, con dos radares móviles. Borrego, responsable de este servicio, señaló ayer que la “previsión” es que se adquiera otro detector portátil de velocidad.

Borrego también se refirió a las multas como un recurso útil para cambiar los hábitos de los conductores. Así, valoró “positivamente” la actual campaña de sanciones contra el estacionamiento irregular, de la que afirmó que “se mantiene” para seguir contribuyendo a la “fluidez” del tráfico. En el primer mes de aplicación, señaló, se aplicaron 172 sanciones a los propietarios de vehículos mal estacionados, y en el segundo “sobre 70”, con lo que, según Borrego, “los ciudadanos están respondiendo” a las multas y cambiando sus hábitos. “Esperemos que siga así para que no haya que sancionar a nadie más”, aclaró.

Borrego espera que el “respeto” de los ciudadanos al nuevo límite de velocidad se adquiera de manera “muy rápida”. Según el edil, adaptarse es una “cuestión de hábito”, que se va a realizar “de forma muy rápida”, y aseguró que “no va a suponer ningún trastorno para los ciudadanos que vayan en su coche particular”.

Reducción de la siniestralidad

El concejal de Movilidad, Juan Manuel Díaz Villoslada, que también asistió al acto de ayer en el CEIP de Prácticas, calificó el evento de “pistoletazo de salida” para la aplicación de la nueva normativa. Según recordó, desde ayer más del 90% del callejero municipal accesible a vehículos tiene un límite de 30 kilómetros por hora, incluyendo todas las vías que tienen un solo carril por sentido, mientras que en las vías de dos, que mantienen el límite en 50 km/h, “se está habilitando algún carril 30”. En las calles de plataforma única, en las que aceras y calzada están al mismo nivel, el límite queda en 20 km/h.

La nueva normativa de velocidad, señaló Villoslada, hace “compatible el automóvil con las bicicletas y vehículos de movilidad personal” como los patinetes, y permitirá que haya menos emisiones de gases y bajen los niveles de contaminación acústica.

Pero la mejora “más importante”, según Villoslada, tendrá que ver con la seguridad viaria. Según señaló, de acuerdo con datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la reducción a 30 baja “en un 80%” la posibilidad de que un peatón pueda morir atropellado.

El responsable de Movilidad señaló que la limitación a 30 kilómetros por hora es de “obligado cumplimiento” por una normativa estatal del pasado mes de noviembre, si bien hay un periodo para que las ciudades se adapten al nuevo límite. Villoslada recordó que en A Coruña el Gobierno local ya llevaba “meses trabajando” desde la incorporación del municipio al grupo de Ciudades 30 en mayo del año pasado . El cambio de límite, afirmó, “nos permite caminar hacia una ciudad más sostenible y amable” en la que los peatones y “los chicos que caminan al colegio” estarán “en el vértice”.

Precisamente fueron los chicos los que protagonizaron el acto de ayer, pues en el gimnasio del CEIP de Prácticas se concentraron unos setenta alumnos de entre cuarto y sexto de primaria (aproximadamente entre nueve y 12 años), que, portando camisetas y cartelería con el nuevo límite de velocidad, reivindicaron una ciudad más segura para los jóvenes y para los peatones. Varios de los niños tomaron el micrófono para leer un manifiesto por una movilidad sostenible y un tráfico más calmado.

“Pedimos la velocidad 30 km en la ciudad de A Coruña”, “es urgente porque la velocidad excesiva mata”, “somos los que más riesgo corremos en las calles donde vivimos, jugamos, vamos a la escuela” fueron algunas de las frases leídas por los escolares, y que formaban parte de un texto firmado por la entidad Stop Accidentes, una asociación que ayuda y asesora a los damnificados por siniestros de circulación y que participa en el movimiento por la reducción de velocidad. La delegada de la organización en Galicia, Jeanne Picard, participó en el acto del CEIP de Prácticas.

El subjefe provincial de Tráfico, Adrián Pedreira, recalcó la importancia de la reducción de la velocidad para disminuir la frecuencia de los accidentes viales y también su “gravedad”. También recordó que el ruido en las vías está relacionado con trastornos de sueño y descenso de la calidad de vida vecinal.

En el evento participaron también dos ediles de la oposición, el concejal del PP Antonio Deus y la edil de Marea Atlántica Claudia Delso, que llegó en bicicleta. El concejal popular manifestó su “apoyo” a la reducción de la velocidad, y recordó que su grupo respaldó en el pleno municipal la incorporación de A Coruña como Ciudad 30. La reducción de la velocidad, opinó, va a conseguir una “mejora de la seguridad para los peatones”, así como “un tráfico más calmado”.

Delso señaló desde su grupo “no podemos más que celebrar este avance”, pero reclamó que debe ir acompañado de un fomento de la movilidad ciclista. La ciudad va a ser “más segura y más sostenible”, remachó.