Pescadería se entrega al turismo

Un hotel en San Andrés y, unos pocos metros cerca, un alojamiento de apartamentos turísticos en la Marina. El barrio de la Pescadería es una de las zonas más atractivas de la ciudad para los viajeros que vienen a visitarla. Por la misma razón, también es uno de los lugares en los que es más difícil encontrar vivienda. Ya hay más pisos disponibles para alquiler turístico que para arrendamiento residencial en A Coruña; y a la oferta habitacional para turistas se sumarán ahora estos dos nuevos establecimientos.

La transformación del inmueble del número 56 de San Andrés, de planta baja y nueve alturas, contribuye al desequilibrio existente. Estaba vacío y tenía un comercio tapiado a pie de calle, pronto albergará un hotel de cuatro estrellas. El emplazamiento de la Marina, que actualmente acoge una tienda de ropa en su salida hacia la calle Real y tiene oficinas vacías en sus plantas superiores, se reconvertirá también en apartamentos para futuros visitantes, de categoría tres estrellas. La tienda de la planta baja, al no ser propiedad de la promotora, queda fuera de la reforma prevista para el inmueble.

Ambos edificios serán objeto de rehabilitación para adecuarlos al que será su nuevo uso. En el caso del alojamiento de San Andrés, la inversión de la promotora, Smarttia Spain, propiedad de Manuel García, fundador de la empresa energética Greenalia, asciende a 3.932.577,45 millones de euros. Un presupuesto que se destinará a la reforma íntegra del edificio, lo que incluye gastos de demolición, obra estructural, colocación de saneamiento, piedra natural, revestimiento, climatización, pintura, gas, controles de calidad y otras necesidades. El hotel, con 179 plazas, precisó de un informe favorable de la comisión del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) para que el Concello pudiese otorgar la licencia de obra. La comisión autorizó la actuación por considerarla beneficiosa para su entorno, ya que el proyecto incluye una remodelación de la fachada, que será demolida para igualar los volúmenes del edificio. El hotel constará de planta baja de servicios, nueve plantas de habitaciones (con opciones para personas con movilidad reducida), gimnasio y una azotea con restaurante, mientras que en la planta del sótano se conservará el uso de aparcamiento.

En el caso del alojamiento de la Marina, el número 30, la reforma interior conservará la configuración básica del edificio, por lo que la inversión es mucho menor que en el alojamiento de San Andrés: un total de 292.358,02 euros, que se destinarán a acondicionar un edificio de apartamentos de uso turístico. El proyecto se centra en la reforma de los interiores, a todos los niveles, salvo en su estructura. La fachada y las cubiertas están en buen estado, y la reforma responde a la necesidad de modificar el uso. El proyecto recoge la conservación de unos restos arqueológicos, visibles a través del suelo de cristal, situados en la entrada. La propuesta sustituye el vidrio del exterior por un enrejado.

El inmueble de la Marina se dividirá en diez unidades de alojamientos, cada una de ellas con capacidad para hasta cuatro huéspedes, lo que supone una ocupación máxima de 40 alojados. El proyecto incluye un espacio de trabajo situado en la primera planta, que estará equipado con mesas de trabajo, sala de reuniones, un aseo y un office.

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