El sueño de los tres puentes para unir A Coruña y Ferrol

Dos profesores de la Escuela de Ingeniería de Caminos coruñesa realizaron una propuesta para mejorar de forma sustancial las comunicaciones por carretera entre A Coruña y Ferrol en el año 2000: la construcción de tres puentes sobre las rías para acortar la distancia entre ambas ciudades a 13 kilómetros, lo que reduciría los tiempos de viaje considerablemente. Nunca se hizo realidad por la falta de interés por parte de las administraciones públicas, aunque, de vez en cuando, resurge en el debate público.

“El área metropolitana que podría formarse entre A Coruña y Ferrol, con todas las poblaciones intermedias, requiere una vía de conexión directa y lo más corta posible, que solo puede venir a través de un conjunto de puentes”, recogía la propuesta que realizaron sus dos autores, Ángel Sánchez de Dios y Santiago Hernández Ibáñez. Este último explica que en la actualidad, más de dos decenios después, ya no serían necesarias tres, “solo harían falta dos, los de Ares y Ferrol”, es decir, se suprimiría el que, en la propuesta inicial, conectaba con Oleiros, ya que hoy en día existe la vía ártabra, que está previsto que llegue a la autopista. Pese a que este cambio reduciría su coste, este docente se muestra pesimista. “Ni la sociedad lo pide ni las autoridades”, se lamenta.

El proyecto que se planteó de forma original, denominado “era2000”, estaba formado por tres puentes que salvarían la ría coruñesa, la Ares y Ferrol. Dos de ellos serían colgantes con un gran vano central de longitud superior a dos kilómetros y vanos laterales de dimensiones más reducidas, mientras que el tercero es un puente arco de tablero intermedio de 500 metros de luz. El documento presentado señalaba que eran “propuestas ambiciosas, pero posibles”.

El primero de los viaductos propuestos salvaría la ría de A Coruña y comunicaría esta ciudad con los municipios de Oleiros y Sada; el segundo de los puentes se situaría sobre la ría de Ares, y el tercero enlazaría Mugardos con Ferrol.

Esta vía rápida se diseñó con seis y con un espacio que podría albergar un tren de cercanías. La iniciativa fue presentada en su momento a la Administración autonómica y a la central, que nunca mostraron interés en llevarla a cabo. La altura de los tres viaductos permitiría la navegación de grandes trasatlánticos entre sus pilares. En 2003 se conoció que la obra tendría un presupuesto de unos 600 o 700 millones de euros de la épica, que —según la propuesta— se financiarían con fondos europeos.

¿Cuál es el origen de esta idea? “Reflexionamos sobre la realidad cercana. La idea era obvia, unir A Coruña y Ferrol”, afirma Santiago Hernández, que, añade, ha visitado y conoce múltiples puentes por todo el mundo debido a su profesión.

Cádiz sí lo logró

Sin salir de España, la ciudad andaluza de Cádiz consiguió lo que A Coruña y Ferrol no. En 2015 entró en servicio el segundo viaducto de la bahía, el Puente de la Constitución de 1812. Tiene una longitud total de cinco kilómetros, de los cuales 3.092 metros discurren sobre el agua. Su coste superó los 500 millones de euros.

Cruza la bahía, dando acceso a Cádiz desde el continente, siendo el tercer acceso a la ciudad en ponerse en marcha, después del enlace por el istmo de San Fernando y del puente de Carranza. El puente consta de cuatro partes: el viaducto de acceso a Cádiz, el tramo desmontable, el viaducto atirantado y el de hormigón de acceso a Puerto Real.

En el momento en que estos dos ingenieros plantearon la propuesta para el área coruñesa, hace 23 años, había otros puentes similares que se habían llevado a cabo, como el del estrecho de Messina, la bahía de Tokio, la bahía de Ise, el estrello de Kitan y el de Ho-yo.

Según recoge la prensa de la época, la propuesta para acortar el viaje a Ferrol no concretaba los lugares de donde partirían cada uno de los puentes previstos, pero se planteaba que fuese en zonas no habitadas y en el caso de A Coruña se estimaba que ese área sería la península de la Torre de Hércules, en las proximidades de punta Herminia.

Esta iniciativa fue desarrollada en un plazo de seis meses por parte de sus autores, antes de ser presentada de forma pública a mediados del año 2000.

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