La mascarilla pervive en los centros de salud a pesar del fin de su uso obligatorio

Muchos usuarios y trabajadores continúan llevándola por miedo al contagio del COVID

Casi tres años y medio después de que el uso de las mascarillas se hiciera obligatorio para toda la población en espacios públicos, los últimos lugares en los que se exigía este tipo de protección frente al COVID-19 dejaron este miércoles de reclamar su utilización. Farmacias, centros sanitarios y residencias de mayores se ven ya liberadas de la mascarilla salvo para casos en los que sea aconsejable por razones preventivas, aunque el desconocimiento del acuerdo tomado por el Gobierno y el temor al contagio que persiste en muchas personas hizo que la mayoría de quienes acudieron a este tipo de instalaciones lo hiciesen aún con el rostro cubierto.

La decisión fue adoptada el martes por el Consejo de Ministros, pero existía incertidumbre sobre cuándo entraría en vigor, ya que para ello debía estar publicada en el Boletín Oficial del Estado y no había seguridad de que diera tiempo a que apareciese en el mismo. Finalmente, la orden figuraba ya en la publicación del miércoles, pero fueron pocos los que a primera hora de la mañana se enteraron.

"Deberían ser voluntarias desde hace tiempo"

Luisa Prieto.  | VÍCTOR ECHAVE

Antonio López / VÍCTOR ECHAVE

Por eso no fue extraño que a quienes llegaron al centro de salud de la Casa del Mar sin la mascarilla puesta se les exigiera que se la pusieran. Pero cuando los profesionales de este recinto tuvieron noticia de la publicación de la orden, advirtieron a sus compañeros y a los usuarios de que ya no era necesario que se protegieran con el cubrebocas.

En otro centro de salud de la ciudad, el de O Castrillón, a primera hora aún permanecía en la puerta el cartel “Es obligatorio entrar con mascarilla”, por lo que en el interior todos los trabajadores la llevaban puesta y la práctica totalidad de los usuarios que acudieron en esos momentos. A las puertas del centro, algunas de las personas consultadas sobre la decisión adoptada por el Gobierno expresaban diferentes opiniones acerca de ella.

“No considero que debieran ser obligatorias desde hace algún tiempo, deberían ser voluntarias”, manifestó Antonio López, para quien “es mejor así porque la responsabilidad individual de cada persona debe prevalecer en estos casos”. En su opinión, cada persona “es la que sabe si la precisa y si puede contaminar a quien está a su alrededor”, aunque también se mostró favorable a que los trabajadores y usuarios del centro de salud la lleven de forma voluntaria “hasta que pase más tiempo”.

"Tengo todavía miedo aunque me hace daño a la vista"

La mascarilla pervive en los centros de salud a pesar del fin de su uso obligatorio | VÍCTOR ECHAVE

Dolores Lourés / Víctor Echave

“Me parece bien que las saquen, traerla mucho bien no me hace, pero al mismo tiempo tengo respeto por lo que viene de atrás”, explicó Dolores Lourés, quien llegó al centro de salud de O Castrillón ya con el cubrebocas puesto. A pesar del tiempo transcurrido desde el inicio de la pandemia, a la amplia campaña de vacunación y al descenso en los contagios, expresó su temor a infectarse con el coronavirus.” Yo tengo miedo todavía aunque la mascarilla me hace daño a la vista”, afirmaba esta mujer, quien añadía: “Cada vez que vaya al centro de salud o a la farmacia me la pondré si no me olvido de ella”.

"Tengo enfermedades que me impiden andar sin ella"

La mascarilla pervive en los centros de salud a pesar del fin de su uso obligatorio |  VÍCTOR ECHAVE

Madalena Almeida / Víctor Echave

Las personas con problemas respiratorios son las más proclives a continuar empleando la mascarilla para protegerse de posibles infecciones, como es el caso de Madalena Almeida, quien no tuvo dudas al acudir con ella al centro de salud. “Soy asmática y tengo enfermedades que me impiden andar sin mascarilla en estos lugares”, comentó sobre su postura tras el fin de la obligatoriedad de esta protección. “Soy partidaria de que se sigan llevando, creo que hay gente que todavía tiene miedo”, señaló acerca de que ya no haya que usar la mascarilla.

"Hay que llevarla en lugares donde concurrimos muchos"

La mascarilla pervive en los centros de salud a pesar del fin de su uso obligatorio | VÍCTOR ECHAVE

María Míguez / Víctor Echave

“Hay que llevarla en los lugares donde concurrimos muchos, como en el centro de salud o en la compra”, advertía María Míguez, quien se quejaba de que “hay mucha gente que lleva mascarillas que están usadas desde hace mucho tiempo y al hacer la compra estamos todos juntos”.

La orden del Ministerio de Sanidad sobre la supresión de las mascarillas incluye la recomendación de su uso, que no la obligatoriedad, para las personas con síntomas del COVID cuando se hallen en espacios compartidos, así como por el personal sanitario que las atienda. También se aconseja que las usen quienes trabajan en unidades de Cuidados Intensivos y las destinadas a pacientes vulnerables, de acuerdo con las recomendaciones de los servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales de cada centro sanitario, así como en las urgencias hospitalarias y de atención primaria, incluida sus salas de espera.

"Numerosas personas desconocían a primera hora que ya no era necesaria"

También se aconseja su uso en residencias de mayores y de personas con discapacidad cuando aparezcan síntomas de la enfermedad en trabajadores, residentes o visitantes de estas instalaciones.

“Era una pelea diaria con los usuarios”

La mascarilla pervive en los centros de salud a pesar del fin de su uso obligatorio |  // V. ECHAVE

Luisa Prieto. / Víctor Echave

“Me parece estupendísimo porque para nosotros son siete horas al día y los usuarios tienen que ser conscientes de cuándo tienen que usarla”, señaló Luisa Prieto, administrativa del centro de salud de O Castrillón, sobre el fin del uso obligatorio de la mascarilla. Ante las reticencias de una usuaria al cambio, le comentó que “hay que acostumbrarse al COVID como a la gripe” y reconoció que, aunque a primera hora los trabajadores de su centro de salud llevaban la mascarilla puesta, a lo largo del día se la quitarían la mayoría. “Para nosotros era una pelea diaria con los usuarios porque no era obligatoria en todos los sitios, la mayoría de las veces venían sin ella y ya no nos mandaban el mismo número de mascarillas”, comentó.