El proyecto de accesos al Chuac alerta del riesgo de colapso tras el derribo del vial sobre A Pasaxe

Carreteras cerrará el enlace provisional hacia la AC-10 si crea retenciones en el túnel de Eirís

El proyecto estima que esa medida supondría la congestión del sistema viario del hospital pese a las medidas preventivas previstas

Glorieta de Casablanca, bajo la avenida de A Pasaxe, con el Chuac al fondo. |   // VÍCTOR ECHAVE

Glorieta de Casablanca, bajo la avenida de A Pasaxe, con el Chuac al fondo. | // VÍCTOR ECHAVE / José Manuel Gutiérrez

Las dificultades que genera el lugar donde se encuentra el Hospital Universitario (Chuac) y la elevada densidad de la circulación en su entorno hacen que el pliego de condiciones para licitar los nuevos accesos, cuyo concurso acaba de ser abierto por la Xunta, prevea que pueden llegar a colapsarse en el periodo que transcurrirá entre el derribo del paso superior sobre la avenida de A Pasaxe y la construcción del que lo sustituirá. La razón de este riesgo se encuentra en que el tráfico que salga del hospital con dirección a A Coruña y el que se dirija al centro sanitario desde el exterior de la ciudad deberán hacerlo de forma obligatoria por el nudo de Casablanca, que soporta ya una alta intensidad de circulación.

Para favorecer la llegada a ese punto desde el hospital se prevé la construcción de un vial provisional que lo comunicará con la AC-10, la carretera que une Alfonso Molina con el puerto a través del túnel de Eirís. El proyecto advierte de que sin ese nuevo enlace “la actuación de mejora de accesos sería inviable”, pero que, a pesar de que su puesta en servicio, el derribo del viaducto sobre la avenida de A Pasaxe supondrá un “punto crítico”.

Para justificarlo pone de relieve que el Estudio de Tráfico y Movilidad realizado para la ampliación del hospital refleja que mientras no se construya el nuevo enlace “los niveles de servicio se ven muy empeorados, alcanzándose el nivel de servicio F, que supone el colapso del sistema viario”.

A pesar de las medidas que el proyecto de accesos prevé adoptar para reducir el impacto en el tráfico de la desaparición del paso superior sobre la avenida de A Pasaxe, el documento reconoce que hasta que no sea sustituido “la situación podría ser problemática y un incidente grave podría llevar al colapso del sistema viario”. El pliego de condiciones recuerda que el pasado mayo la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes emitió un informe en el que señala que el vial provisional que saldrá desde el hospital hasta la AC-10 “puede producir una afección importante en el tráfico” de esa carretera, por lo que tendrá que hacerse un estudio “en el que se analice la longitud de las colas que pueden producirse”.

Carreteras advierte de que debe justificarse que “en ningún caso afectan al tráfico en el interior del túnel de Eirís”, ya que el organismo considera que esas retenciones “podrían tener implicaciones negativas importantes desde el punto de vista de la seguridad viaria”. Ante este riesgo, el departamento estatal señala que si se apreciara que la congestión del tráfico pudiera llegar al túnel de Eirís o que hubiera riesgo para la seguridad viaria en el mismo “se procederá al cierre inmediato del acceso provisional a la AC-10”. Ante esta advertencia, el proyecto de accesos es rotundo: “El problema que hay es que si se cierra el acceso provisional a la AC-10, colapsa el sistema viario”.

La gravedad que supondría esa situación la menciona el propio documento al referirse a la trascendencia de estas obras, ya que recuerda que el hospital “es una infraestructura crítica que en ningún momento puede quedar sin conexión viaria”.

La justificación aportada por el proyecto de los accesos para la adopción de medidas que favorezcan la fluidez del tráfico durante las obras es que la simulación realizada revela que la glorieta de Casablanca —en la que convergen la avenida de A Pasaxe y la carretera de Alfonso Molina al puerto— podría sufrir “un déficit de capacidad” entre el derribo del viaducto sobre el primero de esos viales y la construcción del nuevo, en especial durante las horas punta de la mañana y el mediodía.

Las actuaciones propuestas pretenden que “los vehículos fluyan sin que se produzcan retenciones y se mantenga un adecuado nivel de servicio en todo el conjunto viario”. La primera de ellas es que la AC-10 pase a tener dos carriles en lugar de uno al llegar a la glorieta de Casablanca desde el túnel de Eirís “para evitar el efecto embudo”. En el cruce bajo el viaducto de la avenida de A Pasaxe, los vehículos procedentes del centro de la ciudad o del túnel de Eirís que quieran dirigirse al puerto, As Xubias o regresar al casco urbano tendrán a partir de ese momento preferencia, ya que se suprimirá el stop que obliga ahora a ceder el paso a los que proceden del exterior de la ciudad.

Precisamente esos últimos vehículos deberán efectuar en ese punto un ceda el paso, cuando en la actualidad disponen de preferencia, y, además, no podrán desviarse hacia el puerto, sino que tendrán que realizar el giro completo en la glorieta para poder hacerlo. El último de los cambios previstos durante las obras será en ese desvío hacia los muelles, ya que la actual señal de stop será sustituida por una de ceda el paso para agilizar el paso de los vehículos.

Complejidad

El pliego de condiciones del concurso para licitar los nuevos acceso del Chuac advierte a las empresas interesadas en ejecutarlos que se trata de una obra de una “excepcional complejidad y dificultad técnica” porque el hospital “cuenta actualmente con una deficiente accesibilidad” que atribuye a su diseño inicial, las ampliaciones realizadas y condicionantes como la “gran pendiente del terreno”, que obliga a construir dos viaductos cuyas características “podrán afectar a los plazos de ejecución” de las obras y “sobre todo a las mejores garantías de funcionamiento del hospital” en cuanto a la llegada de ambulancias y usuarios.

También destaca el “gran número de viviendas” existentes en el entorno a las que se debe garantizar la seguridad y la accesibilidad, así como que el hospital “se debe mantener operativo durante toda la ejecución de las obras de los nuevos accesos”. Otras de las dificultades son la integración de los nuevos accesos en la trama urbana existente para mantener la conexión con los barrios próximos y la concertación del proyecto con el Concello, que financiará buena parte del mismo y asumirá los viales tras su construcción. La ubicación del hospital junto a la avenida de A Pasaxe, por la que pasa una media diaria de 38.269 vehículos obliga además a que la afección de las obras al tráfico “sea la mínima”.

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