Entrevista | Juan Maceiras Jugador coruñés profesional de póker, ha ganado un millón de dólares en Las Vegas

“En el póker hay que tener muy claro con cuánto dinero juegas y cuál no se puede tocar”

“Me puse la camiseta del Dépor porque me gusta situarlo en el lugar que se merece”

Juan Maceiras, con la camiseta del Dépor en la plaza Elíptica de Los Rosales.   | // VÍCTOR ECHAVE

Juan Maceiras, con la camiseta del Dépor en la plaza Elíptica de Los Rosales. | // VÍCTOR ECHAVE / Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

El jugador de póker profesional Juan Maceiras revolucionó las redes sociales hace unas semanas al conseguir un premio de un millón de dólares en un prestigioso torneo World Series of Poker 2023 en Las Vegas. Lo hizo, además, luciendo una camiseta del Deportivo, con la que logró el octavo puesto final en la competición. De vuelta en A Coruña, compartió una charla esta semana en el cine París con Jesús Suárez en el programa As Charlas do Xerión. Maceiras viene de una familia aficionada a este juego de azar. Su padre, Juan Maceiras Barros, fue jugador de póker, además de alcalde de Miño de 2003 a 2013.

¿Cómo vivió el revuelo que causó el torneo de Las Vegas?

A la gente de aquí, quizá le pilló un poco más de sorpresa, pero yo tengo 39 años y llevo alrededor de 18 jugando. Igual nunca me había visto en una situación tan importante como esta, pero ya me había metido en otras finales de campeonatos de Europa. A diferencia de lo que pueda parecer, hasta a mí me sorprendió un poco lo tranquilo que estaba en la situación. Una vez en frío, cuando todo terminó, me di cuenta de la magnitud de todo. Pero mientras estaba jugando me sentía relajado.

¿La camiseta del Dépor funcionó como un talismán para usted?

Yo soy aficionado de toda la vida. Me puse la camiseta del Dépor porque me gusta situarlo en el lugar que se merece. Pretendo que todo el mundo asocie a A Coruña con lo que es: la ciudad del Dépor.

¿Lució la equipación del club en algún torneo antes?

Sí, me la puse en la mesa final de un campeonato de Europa. En aquella ocasión llevé otra, la que tenía la publicidad de Feiraco.

Lleva muchos años en el póker profesional. ¿Cómo dio el paso de ser un aficionado a tratar de vivir de este juego?

No es algo que tú decidas en un momento concreto. Simplemente se llega a base de trabajo y constancia. Tú ves que vas mejorando tus resultados y superando los niveles. Los torneos de 5 y 10 dólares ya eres capaz de batirlos con una muestra amplia para poder determinar que eres ganador, y subes a los torneos de 20 y 30 dólares. Sin apenas haberte detenido a analizar la situación, ves que tus ingresos son suficientes como para poder llevar una vida normal. Ahí es cuando una persona decide dejar a un lado el trabajo y darle una oportunidad a esto.

¿Considera que es un paso muy arriesgado?

Esta es una profesión muy complicada y muy difícil por todo lo que conlleva: los altibajos y la estabilidad. Todo el mundo vive mucho más cómodo teniendo una estabilidad económica que no teniéndola. Al final, para un jugador de póker es diferente. Tiene sus pros y sus contras. Yo le doy prioridad a ser libre a la hora de decidir en qué invierto mi tiempo.

¿Cree que la obsesión con querer vivir del póker puede ser un aliciente para generar ludopatía?

Las adicciones son parte de la vida cotidiana. Al juego, al alcohol, a las drogas, a la adrenalina… Siempre van a estar presentes. Nosotros, las personas, tenemos que ser capaces de lidiar con ellas y llevar a cabo una vida sin que nos afecte en nuestro día a día. Respecto al póker, sí se puede dar la situación de caer en la adicción al juego. Hay mucha gente que es adicta al trabajo, a lo mejor sin saberlo, o que no es capaz de estar alejado del móvil. Hay que saber separar la vida cotidiana de la profesional. En el póker es necesario tener muy claro el dinero que puedes tener destinado a jugar, el que reservas para tus gastos, el de los ahorros, que no se puede tocar… La disciplina supone un papel superimportante a la hora de ser un jugador profesional de póker para no alterar los planes y las directrices que uno se marca según si va perdiendo o ganando.

A nivel personal, el póker es un asunto que le viene de familia. ¿Cómo lo valora?

Mi padre ahora ya no juega. Hace diez o quince años jugábamos tres: él, mi hermana y yo. Hoy en día, el único que sigue jugando soy yo. También es cierto que estuve sin jugar durante un parón de unos cuatro o cinco años. Al final, es lo que mejor sé hacer y mi forma de ganarme la vida.

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