Entrevista | Carolina Rodríguez Llorente Investigadora de Educación Infantil en la Universidade da Coruña

“Que un niño considere los deberes interesantes influye en su rendimiento a largo plazo”

“Los profesores tienen que explicar por qué las tareas son importantes y personalizarlas”

La investigadora Carolina Rodríguez, en una charla en Japón.   | // L. O.

La investigadora Carolina Rodríguez, en una charla en Japón. | // L. O. / Enrique Carballo

Carolina Rodríguez Llorente (Vigo, 1995), se formó para dar clase de Educación Primaria en Santiago y luego realizó un máster en Psicopedagogía en la Universidade da Coruña (UDC). A raíz de este empezó una investigación sobre el compromiso con los deberes en el que analizó, durante tres cursos, la actitud hacia estos de 212 niños de Educación Infantil en seis institutos. El estudio prueba que entre 4º y 6º de Primaria disminuyen las ganas de hacer tareas, y Rodríguez acaba de defenderlo con éxito como tesis doctoral.

¿Qué tiene la investigación de novedosa frente a las anteriores?

Parece que los niños y las niñas, a medida que pasan los cursos, se sienten menos motivados hacia la realización de deberes, lo que implica que su realización sea peor. Pero la mayoría de investigaciones anteriores eran de corte transversal, esto es, los niños que estaban cada curso eran distintos. Lo que hemos hecho es coger a los mismos niños y niñas durante los tres últimos cursos de Educación Primaria y en cada curso hemos pasado un cuestionario.

¿Qué preguntaban?

Cómo de interesantes eran los deberes, cómo percibían su utilidad, cuántos se hacían, cuánto tiempo les dedicaban... Y lo que hemos visto es que sus respuestas tendían a empeorar de un curso a otro.

¿Empeora el compromiso?

Distinguimos entre compromiso motivacional, que es como están de dispuestos a hacer los deberes, y compromiso conductual: cuántos deberes hacen, cuánto tiempo les dedican, y cuánto aprovechan ese tiempo. Hemos visto que el compromiso motivacional empeora más que el compromiso conductual. Les parece que la tarea es menos interesante, pero continúan haciéndola.

Aunque no baje el tiempo, ¿que los consideren menos interesantes reduce el rendimiento académico?

Efectivamente. Cuando sienten que son interesantes, están motivados en su realización, y repercute en la calidad de cómo los hacen. Y esto es lo que en última instancia está afectando a su rendimiento académico, además a largo plazo. Que los niños se sientan interesados en los deberes en cuarto va a repercutir en que su implicación en sus cursos siguientes sea mejor, y también en su rendimiento académico.

¿Han encontrado diferencias entre niños y niñas? ¿O de familias de distinto estrato social?

No lo hemos recogido. Normalmente las niñas se implican más y están un poquito más motivadas, pero no es significativo.

¿A qué se debe la reducción de la motivación?

Probablemente sea debido a las características de las tareas que les prescriben en la escuela. Es decir, que el tipo de tareas que se están prescribiendo no son interesantes para ellos y tampoco las reciben como útiles. Estamos hablando de Educación Primaria. Para ellos, la perfección de utilidad que pueden tener estos deberes todavía no está tan clara como la que pueden tener sus profesores y sus padres. En cuarto la cantidad de tareas es más accesible. Luego las demandas académicas son mayores. Algo al principio novedoso se vuelve muy repetitivo.

¿Cómo motivar a los niños?

Mi grupo de investigación [el Grupo de Investigación en Psicología Educativa, o Giped] publicó en 2020 un manual y una serie de propuestas que hemos llamado Mitc, en el que se recogen algunas ideas para tareas de calidad: que los profesores expliquen a los niños que esas tareas son importantes y que se varíe también el tipo de actividades...

¿Qué defectos tienen las tareas?

Muchas veces son ejercicios del libro de texto, que se centran en la repetición de los contenidos teóricos que han estudiado. Aunque eso es importante para el afianzamiento de los contenidos, se podría variar un poco a tareas en las que los niños tengan que organizar información o incluso elaborarla. Y también sería muy importante adaptarlas a las características de los estudiantes. No prescribir el mismo tipo de tareas para todos los niños, sino hacerlo en función de aquellos aspectos que necesitan reforzar, practicar o avanzar, dentro de la misma clase.

¿Los niños pasan demasiado tiempo con los deberes, o poco?

Es siempre un aspecto muy discutido. Lo fundamental es que lo aprovechen. Entonces, los niños que aprovechan mejor el tiempo para los deberes, no aquellos que necesariamente les dedican más, obtienen mejores resultados. Es importante que los niños hagan los deberes que ponen sus profesores, pero estos no necesariamente tienen que prescribirles una cantidad muy elevada, porque eso sí que lleva a lo que se conoce como el efecto de saciedad y puede ser contraproducente.

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