Las plagas ‘sentencian’ a los árboles protegidos de A Coruña

Expertos ven peligrar el futuro de las palmeras de Méndez Núñez por el picudo y de los olmos que quedan en San Carlos por las grafiosis

Ejemplares de palmeras de los jardines de Méndez Núñez.   | // IAGO LÓPEZ

Ejemplares de palmeras de los jardines de Méndez Núñez. | // IAGO LÓPEZ / Jacobo Caruncho

El futuro de la singularidad botánica de la ciudad está en el aire y las previsiones no son buenas. Las plagas que en los últimos años han invadido a distintas especies no hacen más que propagarse, pese a los esfuerzos administrativos para ponerles freno. Porque quizás la solución “llegó tarde”, como afirman algunos expertos. Sin ir más lejos, esta misma semana el conocido como picudo rojo hizo que la ciudad perdiese cuatro palmeras más, mientras que la grafiosis sigue haciendo de las suyas entre los olmos de San Carlos. Dos especies con gran peso en el mapa verde de la ciudad al estar incluidas en el Catálogo de Árbores Senlleiras de la Xunta, que blinda con una especial protección a los árboles más destacados de la comunidad por su historia y singularidad. El único árbol coruñés incluido en el catalogo que parece a salvo de la amenaza de la desaparición es el más antiguo de la ciudad: el centenario metrosidero que se conserva en la comisaría de la Policía Local.

La población de palmeras de la ciudad va a menos. Es una realidad que pudieron constatar los vecinos el pasado miércoles cuando se encontraron con operarios del Concello que procedían a talar el ejemplar que lucía en el paseo marítimo frente a Riazor, otro frente a las cocheras de la Compañía de Tranvía y otros dos en la avenida de Metrosidero. Pero la tala continuará. Según informan fuentes municipales, en los próximos días desaparecerán varias palmeras más, en la calle Santa Lucía.

Y todo por el picudo, un escarabajo alado de color marrón rojizo que lleva desde mediados de la década pasada causando enfermedades a las palmeras de Galicia. Un enemigo del que hasta ahora se han librado los ejemplares que conforman el palmeral de los jardines de Méndez Núñez, sobre los que expertos y naturalistas alertan: “ese palmeral está sentenciado”.

“Desde el Concello se están haciendo esfuerzos para tratarlo, pero la perspectiva de futuro no es buena. Ahí ya se ven algunas hojas mordidas, las larvas están comiendo el árbol por dentro”, explica Santi Vázquez, vicepresidente del grupo naturalista Hábitat, que resalta la “complejidad” de la situación. “Este tipo de problemas hay que atajarlos con prevención y hemos llegado tarde. Ahora se aplican tratamientos que parecen estar funcionando, pero las plagas se hacen resistentes”, recuerda, sin perder de vista el “alto coste” que supone el mantenimiento y tratamiento de los ejemplares.

En la misma línea se manifiesta Ramón Núñez, experto dedicado a la poda, mantenimiento y tala de palmeras. “Las palmeras de Méndez Núñez están todas tratadas, pero ya hemos visto como han tenido que talar otros ejemplares muy cercanos”, destaca, en referencia a los dos árboles que el Concello taló a finales de octubre en la avenida do Porto, frente al edificio de Aduanas. Según los expertos, cuando muere una palmera por esta plaga, el 50% de los ejemplares de picudo se reparten hacia otros árboles en los 500 metros del entorno.

Para Núñez, hace falta redoblar esfuerzos para poder mantener las palmeras de Méndez Núñez. “Conservar las palmeras va a ser algo difícil y, cuanto menos, costoso”, señala, por lo que hará falta una “importante partida presupuestaria” para tratar la plaga y evitar la catástrofe. Aun así, el experto hace un llamamiento para que los vecinos que tienen palmeras en sus propiedades también formen parte de la prevención. “La palmera que se deja sin hacer nada es otro foco de infección para las demás”, resalta.

Pero las palmeras no son el único árbol cuya supervivencia peligra en la ciudad. Los olmos del jardín de San Carlos, incluidos también en el Catálogo de Árbores Senlleiras de la Xunta, no corren mejor suerte. El parque lleva cerrado desde el pasado mayo por un plaga de grafiosis, una enfermedad fúngica que afecta a los ejemplares que allí residen. Había 21 olmos, pero ya se han talado tres y el Concello no confirma si se perderán más árboles por esta enfermedad, aunque afirmó que “resulta difícil ser optimistas sobre su futuro”.

“Hay que ir despidiéndose de ellos”, lamenta por su parte el vicepresidente de Hábitat. “Va a ser una lucha muy dura salvarlos y acabarán cayendo todos. Igual habría que ir asumiendo la realidad e ir pensando en otras especies para poblar”, lamenta. Según explica, los olmos se están sustituyendo “por otros más resistentes”, pero eso les resta todo el peso para ser considerados senlleiros para el catálogo de la Xunta. “Pero nuestros hijos en el futuro verán una olmeda en condiciones”, augura.

Del catálogo de especies que destaca la Xunta en la ciudad solo hay una que resiste a las plagas y permanece impasible ante ellas: el metrosidero que reina en el jardín de la Policía Local de A Coruña. “Tiene una resistencia especial y los bichos de aquí no pueden con él”, explica Santi Vázquez, que apunta al origen del árbol, procedente de Nueva Zelanda, como factor a su favor para resistir a las enfermedades. “No tiene problema porque todavía no le ha llegado el turno, pero también hay que tener cuidado porque se está abusando mucho de plantar esta especie, se está expandiendo por la costa de A Coruña”, sentencia el vicepresidente de Hábitat.

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