“Dar una respuesta solo policial al crimen vinculado a la droga no funcionó en los 80”

“Dinamizar los barrios sería un modo de prevenir narcopisos en viviendas abandonadas”

La criminóloga Cristina Fernández-Bessa.   | // IAGO LÓPEZ

La criminóloga Cristina Fernández-Bessa. | // IAGO LÓPEZ / Enrique Carballo

La letrada y politóloga Cristina Fernández-Bessa imparte Criminología en la Universidade da Coruña (UDC), e investiga cuestiones relacionadas con el delito, la policía y el control migratorio. Ante la percepción de los policías coruñeses de que hay un auge de consumo de heroína y que los adictos cometen hurtos y robos para financiar el estupefaciente, la investigadora advierte que no puede haber solo respuesta policial, sino que se trata de un problema social que habría que analizar en detalle para buscar soluciones con otras perspectivas y que aborden las causas.

¿Hay una vinculación entre drododependencia y hurtos?

Es algo común, constante. En España, desde los años 80 se viene relacionando este tipo de delincuencia común con los consumos problemáticos de drogas. Es decir, aquellos que están protagonizados por personas vinculadas a la exclusión social, percibidas como peligrosas. Los delitos vinculados con estos consumos son los que generan más alarma social: pasan en la calle, los cometen personas que percibimos como peligrosas, hay una amenaza de que pueda derivar en algo violento por el estado de esa persona… Son objeto de preocupación de los vecinos, que lo ven y lo perciben, y de preocupación mediática.

¿Qué porcentaje de delitos leves son cometidos por adictos ?

No podemos hablar en términos abstractos, hay que hacer estudios de contextos concretos. Necesitamos diagnósticos de cuáles son los delitos, a qué responden, quiénes son los autores, quiénes las víctimas, a qué horas, meses del año… Para articular respuestas que den respuesta acertada en la pregunta. Pero ante cualquier problema de seguridad parece que la único respuesta que tenemos es la policía, y esta tiene herramientas limitadas.

¿Qué no puede hacer?

Su obligación, su función, es aplicar la ley y vigilar para mantener la seguridad pública. Es reactiva: actúa cuando se ha producido el delito. También puede tener la función de prevención, pero es muy limitada. La presencia policial en un sitio puede disuadir, pero eso no significa que se este incidiendo sobre las causas del fenómeno.

Es decir, si hay más presencia de policías en una zona, el delito simplemente se traslada a otras.

Exacto, sí. O incluso algunas dinámicas se producen con una cierta teatralización. Cuando está la policía desaparece ese trapicheo en la calle y cuando se va la policía vuelve la actividad. Tiene un poco de teatro: la mera presencia es disuasoria pero no soluciona el problema. Hace que se reproduzca allí o en otro sitio en que se preste menos atención mediática o haya menos presencia policial. Si tenemos un problema de salud no nos tomamos un paracetamol siempre, necesitamos a alguien que nos diga la mejor receta, no dar la respuesta policial a cualquier tipo de problema, que tiene un origen social. Sería dar una respuesta desacertada. Estamos reproduciendo la respuesta que se dio ante esa problemática de los años 80, exclusivamente policial y que no llevó a ninguna solución.

Tras esa década cayó la sensación de inseguridad.

Las personas drogodependientes que protagonizaban esa violencia murieron de SIDA, pero ahora no van a morir de SIDA. Entonces hay que pensar en cómo gestionar la seguridad más allá de las estrategias únicamente policiales.

¿Cómo hacerlo?

Cuando hablamos de criminalidad vinculada a problemas sociales, necesitamos dar una respuesta de acuerdo con las causas de la problemática. Tenemos una gotera y, en vez de arreglar el techo, la policía pone cubos de agua. Está bien, lo necesitamos, pero no tienen las herramientas de ir a la causa. No son educadores sociales, médicos, especialistas en adiciones o psicólogos. Tenemos que poder contar con equipos de prevención multidisciplinares donde la policía sea un actor más, si queremos solucionar los problemas de inseguridad. Hay que hacer diagnóstico para saber qué pasa, cuál es el origen del problema, y darle una respuesta adecuada.

¿Cual sería un ejemplo?

¿Por qué se juntan personas en los narcopisos? A veces se trata de viviendas abandonadas, sin cuidar… Pues se puede dinamizar las actividades del barrio, evitando que haya edificios vacíos. Sería una forma de que esas actividades no se concentraran allí. También podríamos hacer actuaciones relacionadas con las personas que pueden protagonizar estos delitos. Vincularlos a servicios o programas sociales, de desintoxicación, ver sus necesidades, servicios de educación de calle para dinamizar actividades y diagnosticar respuestas concretas… Conocer qué es lo que pasa y luego darle la respuesta oportuna.

¿Estigmatizar a los adictos a los estupefacientes puede ser contraproducente para combatir la inseguridad? ¿Qué debería hacer la sociedad civil?

Es una pregunta complicada. Yo creo que la problemática de que no se den las soluciones adecuadas no está tanto en la respuesta de la sociedad o de la comunidad sino en la respuesta que se da desde las instancias políticas a los problemas de seguridad. Las respuestas a la inseguridad son muy poco imaginativas, adecuadas o contextualizadas a la problemática concreta. Es normal que los vecinos y vecinas exijan que no se abandonen los barrios, que se les preste atención, que tengan servicios, seguridad, que está relacionada con la calidad de vida. Sin necesidad de estigmatizar a determinados colectivos, por supuesto, y distinguiendo si hay una causa social, pero la responsabilidad es de políticos cuya obligación es averiguar cuáles son las causas para dar problemas más adecuadas. Y si el problema está relacionado con la exclusión social, desplegar una serie de servicios, que puedan recolectar a estas personas con redes sociales, que le den el enfoque sociales. Es un problema grande que la única receta que tenemos ante la inseguridad es aumentar el despliegue policial. Y esto es insuficiente.

Suscríbete para seguir leyendo