La población de aves acuáticas en el litoral de O Burgo crece con la regeneración de la ría

En octubre se detectó el incremento en el censo de las aves invernantes, con 501 ejemplares pertenecientes a 22 especies ELa predominante es la gaviota sombría | Los trabajos del dragado finalizarán en el mes de abril

Aves en la ría de O Burgo, ayer. |   // IAGO LÓPEZ

Aves en la ría de O Burgo, ayer. | // IAGO LÓPEZ / Ana Carro

La regeneración de la ría de O Burgo, unas obras que comenzaron en diciembre de 2021 y que están próximas a completarse, ya están dando sus primeros resultados: la población de aves en la zona ha aumentado. Así lo refleja el informe de seguimiento ambiental que publica mes a mes el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Los datos de octubre, periodo en el que se finalizó el dragado de los materiales contaminantes y se inició la urbanización de los recintos donde están depositados los lodos, reflejan que hay más ejemplares de aves acuáticas que hace un año. “Se empieza a detectar el incremento en el censo de las aves invernantes”, consta en el informe de la comisión ambiental.

El 5 de octubre de 2023 se censaron 501 ejemplares pertenecientes a 22 especies, mientras que el 10 de octubre del año pasado el censo era de 489 aves acuáticas de 21 especies. Además, a final de mes se identificó una especie más, llegando a 23.

También ha cambiado el tipo de especie que abunda más en la zona. Si el año pasado, a principios de octubre, la especie predominante era el vuelvepiedras común (Arenaria interpres), con 140 ejemplares, ahora la más abundante es la gaviota sombría (Larus fuscus), con 146 aves. Además, el grupo más numeroso es el de gaviotas, con un total de 273.

Sin embargo, esto va cambiado a medida que avanzan los días y en los informes de finales de octubre, del día 27 para ser exactos, se recoge que el grupo de aves acuáticas más numeroso es el de los limícolas (Scolopacidae), con 22 ejemplares. La mayoría, además, se concentra en el sector IX, que es el más próximo al paseo marítimo de O Burgo, frente al jardín botánico, donde se sitúa la mayor parte de limícolas y ardeidas, que reposan en este sector de la ría en pleamar. Hace un año, en este punto también se sitúan muchas aves acuáticas, pero la mayoría se localizaba en el sector XVI, un poco antes del puente de A Pasaxe.

El informe de seguimiento ambiental del mes de octubre recoge también que han acabado los trabajos de retirada de bivalvos comerciales y se inicia ya la preparación de los trabajos para la resiembra. De hecho, hace unos días, la subdelegada del Gobierno en Galicia, María Rivas, dijo que en abril se prevé iniciar la resiembra de marisco con cuatro tipos de bivalvos. Será en ese mes por petición de los mariscadores, que alertaron del riesgo de mortandad si se hace en los meses de invierno.

De todos modos, el dragado ya tenía que haber finalizado. La subdelegación del Gobierno informó que el fin de los trabajos “se retrasa a abril”, aunque la previsión era que acabase a final de este año. No obstante, los mariscadores seguirán percibiendo las indemnizaciones por interrupción de la actividad hasta el fin de la obra. Fuentes de la subdelegación explicaron que el motivo principal del retraso son las “abundantes lluvias” que empezaron en octubre y que “dificultaron y ralentizaron el filtrado de lodos”, pues este se complica por la presencia de agua dulce.

Sin rastro de restos arqueológicos o patrimoniales

Hace años se alertaba de que el dragado de la ría de O Burgo podría permitir el hallazgo de restos arqueológicos en la zona de la barra de Santa Cristina, donde se decía que se encontraban los restos del barco de Drake. Cuando se iniciaron los trabajos hace dos años, se despejaron las dudas. El dragado reveló la presencia de la base de un cruceiro, posiblemente medieval, que podría haberse caído al estuario desde el puente de O Temple con su bombardeo, en 1809. Más allá de eso, no han aparecido otros restos. El informe de octubre sobre la regeneración de la ría, como los anteriores, indica que en las actuaciones de control de la afección al patrimonio cultural “no se han encontrado restos de valor arqueológico y/o patrimonial”. El control visual y el barrido con detector de metales ha permitido “descartar cualquier presencia de objetos o estructuras de interés histórico que pudiesen proceder del dragado”.