Las capturas de la lonja de A Coruña caen por sexto año consecutivo: “Cada vez hay menos pescado”

En 2023 pasaron por el mercado coruñés unos 24.400 kilos, menos de la mitad que hace una década | Los minoristas y placeros denuncian que cae el tamaño de la flota y algunos barcos se desplazan a otros puertos

Descarga de pescado fresco en los muelles de A Coruña.   | // CARLOS PARDELLAS

Descarga de pescado fresco en los muelles de A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo

La lonja de A Coruña encadenó en 2023 seis años de caídas de facturación. Aunque las estadísticas de la Xunta solo muestran hasta ahora los datos hasta el 27 de diciembre, entre el 1 de enero y esa fecha habían pasado por el mercado coruñés de pescado unas 24.375 toneladas de productos, casi un 11,5% menos que en el mismo periodo de 2022. Y en 2014, hace una década, las descargas fueron de más de 49.200 toneladas, el doble que el año pasado. Tanto los minoristas de pescado como los pescaderos coinciden en que el tamaño de la flota gallega se achica y que, además, algunos barcos que descargaban en la ciudad están desplazándose a vender en otros puertos. Según resume la pescadera y presidenta de los placeros de San Agustín, Ángela Barrán, en A Coruña “cada vez hay menos pescado y cuesta más conseguirlo”.

Este diario no ha podido obtener evaluaciones de los responsables de la lonja, pero el presidente de la Asociación de Minoristas del Puerto de A Coruña, Armando López Gil, señala que en su sector “lo que percibimos de hace muchos años es recorte tras recorte” y una disminución de la oferta en los muelles coruñeses. En parte, considera, es un problema de que “los armadores se deshacen de los barcos” debido al “cansancio total del sector”. En opinión de López, la pesca gallega ve “imposible poder sacar un beneficio por su actividad”, que amenaza con convertirse en “inviable” por las limitaciones de las cuotas impuestas desde instancias europeas. “Los recortes de Bruselas están haciendo que todo se muera, desde la Xunta y el Gobierno central podrían luchar más”, defiende el minorista.

Pero, además, López considera que “nos han comido las papas otras lonjas”, y defiende que “se está vendiendo mucho más pescado que antes en Burela o Celeiro”, en detrimento de A Coruña, en la que, considera, cada vez falta más producto. El presidente de los minoristas apunta a que esta pérdida puede tener que ver con “costes del atraque” en otros puertos, aunque indica que no puede determinar con exactitud los motivos, y añade que este proceso está beneficiando a los grandes compradores, que pueden tener representantes en más de un muelle: “La ventaja es para las grandes superficies, con logística por todo el país, los minoristas no podemos estar en varios sitios a la vez”, explica.

Ángela Barrán coincide en que “algo está sucediendo” para que marchen buques del puerto de A Coruña, y considera que puede deberse a “convenios, facilidades para el recorrido [de los barcos] o facilidades a las descargas” . Pero también considera que en la ciudad había una “burbuja” de precios que “poco a poco se va desinflando: si la merluza en Celeiro se mantiene en ocho euros, no puede ser que aquí se pague a 16”, argumenta. Pero si “el barco se va”, afirma, es la “pescadilla que se muerde la cola”, ya que si descargan menos barcos el precio va a tender a subir.

El precio medio en la lonja fue el año pasado de algo más de 2,5 euros el kilo, el más alto de los últimos años: subió un 8,6% en relación a los 2,33 de 2022. En 2019 el precio apenas superaba los dos euros y tres céntimos, y entre 2014 y 2018 siempre estuvo por debajo de los dos euros. Aunque hay varios factores que influyen en esta cifra, como el tipo de especies que hayan sido más abundantes en un año dado, Barrán señala el alza perjudica a los distribuidores coruñeses, ya que “hay gente que no puede sostener esos precios”.

López defiende, en cambio, que los datos a nivel nacional muestran que “el pescado es de los productos que menos han subido en los últimos años”, e indica que hay pescado fresco “para todos los bolsillos”. Aún así, indica que “si nos dejan pescar cada vez menos” el precio se acaba volviendo “prohibitivo” y argumenta que los españoles están sacando este producto de la dieta, lo que conlleva consecuencias perjudiciales para esta y para la salud de la población. “Hace veinte años se consumía prácticamente el doble de kilos de pescado por habitante y año”, señala López, y añade que “llevamos peleando años” para que el Gobierno le retire el IVA del 10% con el que grava este alimento. “Mis nietos comen pescado de maravilla porque se han acostumbrado a hacerlo”, pone como ejemplo, a la vez que lamenta que en A Coruña “se está perdiendo la costumbre muy sana de comer pescado vivo, ya no fresco”. “Cada día hay menos minoristas, cada vez hay menos pescaderos no hay relevo: llegas al muelle y hay demasiados días que da pena”, denuncia.

Descenso de la facturación

El descenso de descargas de la lonja en relación a 2022 es atribuible a que se produjeron menos capturas en los últimos meses. A mediados de octubre las descargas eran un 5,6% más elevadas que el año anterior, que estuvo afectado, en los primeros meses, por un parón del sector debido a los altos precios del combustible derivados del inicio de la guerra de Ucrania. Pero en estos dos meses se ha invertido la tendencia: hasta el 27 de diciembre de 2022 habían pasado por la lonja coruñesa más de 27.500 toneladas, unas 3.150 más que el año pasado.

Hacia atrás, las cifras siguen creciendo. Siempre entre el 1 de enero y el 27 de diciembre, en 2021 se descargaron algo más de 28.000 toneladas, y en 2020, pese al coronavirus, unas 30.860. En 2019 la cifra estaba en 33.600 y en 2019 en 39.940, mientras que en 2017 se superaron las 47.320. En 2016 y 2015 las capturas fueron más bajas, de unas 39.850 y 39.500 toneladas respectivamente, mientras que en 2014 se pasó de las 49.200. Esto es, un 102% más que el año pasado.

Y, pese a que ha ido creciendo el precio medio, también ha ido cayendo la facturación de la lonja. En 2014, y siempre hasta el 27 de diciembre, las transacciones pasaron de los 81,5 millones de euros, y entre 2015 y 2019 se mantuvieron entre los 75,3 y los 77,8 millones, aproximadamente. En 2019 el volumen de las compraventas cayó a algo menos de 68,5 millones y en 2020 a 59,6, aunque en 2021 se recuperó y rozó los 64 millones. En 2022 se subió a los 64,1 millones, pero en 2023 descendió a los 61,64.

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