Entidades contra la droga exigen más medidas que las policiales para casos como Monte Alto

Defienden iniciativas sanitarias y sociales en colaboración con los vecinos afectados

Vecinos de Monte Alto protestan el pasado martes ante una vivienda ocupada por traficantes de drogas.

Vecinos de Monte Alto protestan el pasado martes ante una vivienda ocupada por traficantes de drogas. / Casteleiro/Roller Agencia

La intervención policial no puede ser la única solución para los problemas causados por el tráfico de drogas como los vividos en las últimas semanas en Monte Alto, según asociaciones dedicadas a la asistencia a drogodependientes. Para estos colectivos, que admiten los graves problemas que causa la delincuencia asociada al negocio de la droga, deben adoptarse iniciativas de tipo sanitario y social.

“La solución policial debería ser la última, después de haber agotado las demás opciones”, afirma Sonia García Valbuena, directora del Comité Antisida de A Coruña (Casco), quien añade sobre casos como el asedio a una vivienda ocupada por traficantes en Monte Alto: “Todo lo que sea tensionar a la sociedad nos preocupa muchísimo”.

En su opinión, comunidades como ese barrio “soportan muchas veces unas situaciones que no deberían y que tendrían que estar manejadas con políticas de intervención y tratamiento que no existen”, lo que atribuye a que las instituciones políticas “no toman las medidas adecuadas”. García Valbuena piensa que la protesta realizada por los vecinos el pasado martes “es una reacción natural ante un problema sin tratar”, pero que la solución pasa por “tratar a los afectados”, y por “dar opciones reales para que puedan cambiar su vida”, a pesar de que algunos no querrán hacerlo.

Casco dispone de un equipo de mediación para conflictos sociales, que tiene experiencia con problemas como desahucios o impagos de alquileres. “Sabemos que funciona, pero hay que trabajar con los vecinos, que deben ser escuchados, ya que eso evita que haya una explosión de reacciones no controlada”, explica la directora de la entidad, que considera que debería haber un servicio municipal de mediación para actuar en casos de este tipo dando voz a todas las partes, que además deben proponer las soluciones.

“El problema son los traficantes y la parte más débil son los que consumen”, señala Rosa Barreiro, presidenta de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad), quien advierte de que “no todo el mundo que consume delinque” y que quienes lo hacen es “para seguir consumiendo, porque es muy complicado dejarlo”. Barreiro destaca que en su asociación reciben ya a drogodependientes “a partir de los trece años que empiezan con porros y marihuana, que casi siempre está asociada a alcohol y cocaína”, a lo que se une que la droga que se vende en la actualidad es de “muy baja calidad”.

Para la presidenta de Aclad, “hay que buscar salidas alternativas a la policial mediante entidades que traten a estas personas”, por lo que considera que es necesario que la sociedad las vea como enfermas. Sobre esta cuestión pone de relieve que las adicciones “son casi una enfermedad crónica y para algunas personas ya lo son, porque tienen que tener un control continuo”, aunque insiste en que es posible abandonar la drogadicción mediante una ayuda “sanitaria y social”.

Barreiro, que presidía la asociación de vecinos de O Ventorrillo durante la existencia del punto de venta de Penamoa, asegura entender a los vecinos y comerciantes de Monte Alto, pero “también a los drogopendientes, porque entrar en la droga es muy fácil pero salir es muy difícil”.

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