Nell Leyshon | Escritora, visita hoy la librería Moito Conto de A Coruña

“Para mí sería imposible escribir sin pensar en clase, en género, en injusticia”

“Las mujeres necesitamos creer que merecemos espacio público para nuestras historias”

La escritora Nell Leyshon.   | // LOC

La escritora Nell Leyshon. | // LOC / marta otero mayán

La escritora británica Nell Leyshon regresa a uno de sus rincones especiales: la librería Moito Conto de A Coruña, donde conversará con la poeta Dores Tembrás sobre su último libro, La escuela de canto, (12.30 horas), editado por Sexto Piso, pero también sobre otros títulos fundamentales de su obra literaria, como Del color de la leche, que la llevó por primera vez a la ciudad, de donde guarda un gran recuerdo.

Regresa a la librería Moito Conto, de A Coruña, donde hace unos años acudió a presentar su obra Del color de la leche. Fue una gran experiencia, tanto para los lectores como para usted. ¿Cómo es su especial relación con la ciudad?

Para mí, no sé por qué, fue una noche inolvidable, por los lectores, por la librería, por Esther, por Dores (Tembrás, que la acompañará también hoy). No sé qué pasa en la ciudad de A Coruña. Estuve con mi madre, y fueron las últimas vacaciones que tuve con ella. Para mí fue una sensación increíble. A Coruña me dejó con algo, me llevo recuerdos especiales. Cuando la editorial Sexto Piso me dijo que podía volver a la librería, con la gente de A Coruña, me puse tan contenta... Fue una noche increíble aquella.

Estos días se encuentra Galicia debido al premio San Clemente, que le otorgaron los alumnos de un instituto de Santiago. Se dice que entre los jóvenes no abunda el amor a la lectura. ¿Es su impresión?

No sabía nada del premio antes de venir. Fue un shock ir al colegio, al instituto, y hablar con ellos y ellas. Tuvimos una conversación entre generaciones, entre humanos, muy interesante. Hice dos mesas con alumnos que habían leído el libro, y el shock fue descubrir que el libro les había hablado a ellos y ellas. Salieron temas muy interesantes sobre el género, el feminismo... me sorprendió la cantidad de chicos que habían leído el libro y el libro les había tocado. Leen con una inteligencia increíble. Los alumnos hicieron una pequeña obra con canciones, sobre las tres novelas. Todo organizado por los alumnos. Fue como los Óscars.

Le han dado muchos premios a lo largo de su trayectoria, pero al final le emociona que el reconocimiento venga de los propios alumnos, los nuevos lectores.

Exacto, fue muy interesante por eso. Hicimos también una cena, con 240 personas. Hablamos toda la noche sobre libros, el acto de leer y escribir, las presiones que hay para ellos en el mundo: el cambio climático, el estado del planeta, qué pueden hacer con sus vidas, el coste de la educación.

¿Cuáles son las preocupaciones de los jóvenes a día de hoy?

Están en un mundo muy competitivo. Se genera una obsesión con los exámenes, con el éxito, con ir a las mejores universidades del mundo. Siempre hay competición, porque el mundo es tan pequeño, se puede viajar tanto, que ser lo mejor en Santiago, o en su propia vida, no es suficiente para ellos. Fue muy interesante.

¿Hay relevo en la vocación de escribir? ¿Lo percibe?

Sí. Leen mucho. Me preguntaron por recomendaciones para leer, mucho. Hablamos de los móviles. Su mundo es mucho más complicado que el de mi generación. Hoy leí una cosa muy interesante en The Guardian: hay una explosión de leer libros ahora en la juventud. Se titulaba “Leer es sexy”. Algo está pasando.

Hace doce años escribió Del color de la leche, sobre una niña en la Inglaterra rural, sus dificultades y sus pasos hacia su liberación. Un libro que tuvo un gran impacto por cómo estaba escrito, desde una voz y una experiencia femeninas y con componente de clase. ¿Cómo cree que respira ahora ese género literario centrado en historias de mujeres y para mujeres?

Lo que me interesa es un punto: las mujeres leen más, compran las entradas para el teatro y la música en directo más que los hombres, y en el pasado no había tantas mujeres escribiendo. Muchos hombres no leen libros escritos por mujeres. Hay una división muy marcada entre hombres y mujeres, y lo que leen, y los temas que escriben. Hay excepciones, por supuesto. Necesitamos ser muy valientes, abrir nuestras bocas para contar las historias de nuestras vidas, los obstáculos, los problemas, las soluciones, no solo tragedias. Necesitamos creer que merecemos espacio público para nuestras historias. Vivimos en un mundo en el que las mujeres han sido ciudadanas de segunda clase, pero somos completamente iguales. Necesitamos contar nuestras historias con fuerza, es importante. Los hombres también. Hay millones de libros de hombres que me encantan. Las mujeres, con excepciones, tendemos a ser más tímidas por las estructuras del mundo.

En esta ocasión, hablará en A Coruña también de La escuela de canto, donde recupera y profundiza esa mirada con perspectiva de género y clase. ¿Sigue siendo revolucionario a día de hoy escribir desde ese lugar?

Para mí sería imposible escribir sin pensar en clase, en género o en injusticia. Necesitamos abrir los ojos. Es algo complicado. Necesitamos mirar puntos de vista más allá de los nuestros. Un punto de vista muy común me aburre. Para explorar cosas como la justicia social, temas de clase, racismo, sexismo, y la jaula de masculinidad, hay que abrir los ojos. Cuando lo hacemos, el mundo es muy complicado y la experiencia es muy diferente. Por eso me encanta hablar con los alumnos, porque es gente que tiene otro punto de vista. He trabajado con tanta gente marginalizada que ha cambiado cómo veo el mundo.

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