Adicciones, ansiedad y trastornos alimentarios, los mayores problemas de salud mental en los jóvenes

Las adicciones a sustancias, los cuadros de ansiedad y angustia, los trastornos de alimentación y los trastornos límites de la personalidad son los principales problemas de salud mental en la población infantil y juvenil. Así lo detalla el Plan Municipal de Salud Mental elaborado por el Concello, tras un acuerdo del PSOE y Marea Atlántica en el pasado mandato, y aprobado ayer en la Junta de Gobierno local.

El plan, que tiene como objetivo promover el bienestar emocional de la población y prevenir la aparición de trastornos mentales así como facilitar el acceso a los recursos para asegurar una atención integral, alerta de un incremento del 200% de las urgencias psiquiátricas en los últimos años, especialmente por el aumento de casos que afectan a niños, niñas y adolescentes. Desde la perspectiva clínica, uno de los problemas más habituales es la adicción a sustancias y se detecta “una mayor prevalencia de estos problemas entre los jóvenes de 16 y 25 años y entre los hombres”. Además, se constata un “consumo muy importante de alcohol” en la población joven.

Otro problema detectado son los cuadros de ansiedad y angustia, sobre todo en pacientes de entre 14 y 25 años. La mayoría, chicas. El Plan Municipal de Salud Mental también pone el foco sobre los trastornos de alimentación, los problemas relacionados con la identidad de género y la orientación sexual y los trastornos límite de la personalidad.

Los profesionales del ámbito educativo corroboran los datos y aseguran que desde la pandemia se han incrementado los problemas de “depresión, ansiedad y conductas autolíticas”. El Concello alerta de que se ha registrado en los últimos años un “notable incremento” de los intentos de suicidio entre jóvenes. La pandemia fue un detonante de esta situación, pero hay más que influyen. Entre los condicionantes sociales que aumentan el riesgo de problemas de salud mental en la infancia y la adolescencia destacan las condiciones socioeconómicas adversas, las características del medio familiar —ambientes demasiado permisivos o muy autoritarios—, fracaso escolar o acoso, consumo de sustancias y la influencia de las redes sociales, ya sea por una utilización inadecuada o un exposición excesiva.

Aunque los niños y jóvenes son una prioridad en el Plan Municipal de Salud Mental, el Concello también tiene en cuenta los problemas que afectan a adultos y personas mayores. En ambos casos hay un incremento de ansiedad y depresión.

El malestar psicosocial y las patologías que afectan a personas adultas tienen como origen los problemas laborales —situaciones de desempleo o mal ambiente laboral—, dificultades para afrontar circunstancias adversas de la vida y también la pandemia, que provocó muchos problemas mentales en la sociedad.

Para las personas mayores, el principal motivo de los problemas de la salud mental es la soledad no deseada y los traumas emocionales o fuertes disgustos, como la pérdida de un ser querido.

Todos estos diagnósticos y datos forman parte de un informe que se realizó con una serie de entrevistas a profesionales de la salud mental, así como a otras personas expertas vinculadas al campo de la intervención sociosanitaria, los cuales alertan de la “falta de recursos para la adecuada atención” a estos pacientes. Todos ellos han trasladado la necesidad de “crear más dispositivos, reforzar algunos recursos —como plazas de ingreso de corta estancia y hospitales de día— y, en general, dotar con más personal a las unidades de salud mental”.

Sobre esto, el Sergas informó que, según el Plan Gallego de Salud Mental, la Xunta está trabajando para reforzar los recursos del área sanitaria de A Coruña y Cee con más plazas en la unidad de hospitalización breve, una unidad específica de atención a la salud mental infanto-juvenil, más plazas en los centros de rehabilitación psicosocial y laboral, mejora de los programas sociocomunitarios.

Así, el Concello señala tres aspectos clave en los que quiere intervenir para frenar estas situaciones: favorecer la inclusión a través de la actuación de los servicios sociales, básicos y especializados, y mejorar en general todos los indicadores de exclusión social; fomentar la socialización y el uso de espacios comunitarios por parte de toda la ciudadanía a través de la oferta de actividades socioculturales y de ocio saludable; y desarrollar actividades de promoción de la salud.

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