Entrevista | Dani Niño Saxo tenor de Freedonia, que actúa este viernes 19 de abril en el Playa Club

“No hay concienciación más placentera que la que se hace bailando”

“En la banda todos creemos en la idea de hacer música para cambiar el mundo”

Dani Niño, primero por la izquierda, junto al resto de la banda Freedonia.

Dani Niño, primero por la izquierda, junto al resto de la banda Freedonia. / LOC

La gira Cheap Love de Freedonia recala el próximo viernes 19 de abril en A Coruña con la actuación de la banda en el Playa Club (22.00 horas). Dani Niño es el saxo tenor de la formación. “Una de las cosas fundamentales para estar aquí es el aspecto humano”, explica.

Cheap Love (amor barato) es el nombre de su último tema y también de la gira. ¿Qué mensaje buscan transmitir?

El tema habla de todas las cosas que muchas veces catalogamos como amor o como buenas, pero que en realidad son engañosas. No deja de ser un amor a medias, un amor barato. Queremos que la gente trate de profundizar un poco más allá, buscar dentro de las relaciones humanas y las nuevas formas de entender el amor qué es lo realmente importante, que es el sentimiento y no todo lo que hay alrededor.

Sus letras siempre buscan transmitir un mensaje social.

Sí. Ya en nuestro último disco, Conciencia, hablábamos de todo esto, de la dignidad, de la libertad, de la justicia, la igualdad o el respeto. De poner el foco en los problemas humanos y no tanto en los materiales. Da la sensación de que hoy en día con tanto conflicto y tantas subidas y bajadas de bolsa y tantos números, al final ponemos demasiado la vista en los datos y las cosas materiales y no tanto en las personas.

¿Qué aporta la música como vía para trasladar estos mensajes?

La música es una de las vías más contundentes y quizás también más inmediata. Todas las disciplinas artísticas pretenden incomodarte y poner tu cabeza en otro lado. La música es de las armas más potentes que tenemos para cambiar el mundo y hacerlo pacífico. No hay concienciación más placentera que la que se hace bailando.

Usted lleva seis años en la banda. ¿Cómo evoluciona?

La banda ha tenido muchos cambios desde su nacimiento, son casi 20 años. Yo la admiraba antes de formar parte de ella, no solo por los ideales que promueve, sino porque esos ideales son auténticos y se llevan a cabo en la gestión diaria. Colaboramos con las causas en las que creemos, hacemos lo que nos da la gana, no estamos sujetos a ningún tipo de vinculación discográfica ni de derechos de autor con nadie. Eso nos da una libertad y una autenticidad a la hora de crear.

¿Es más difícil sobrevivir en la música desde la autogestión?

Siempre es más difícil porque vivimos en un mundo en el que la industria copa todas las esferas. Nosotros cada vez que nos enfrentamos a un nuevo disco lo tenemos que pagar con lo que hemos generado, sin ayuda externa más allá del crowdfunding y el apoyo directo de nuestro público. Eso lo hace todavía más auténtico. Pero al final se multiplican todos los gastos, tenemos que medir mucho más todo. Pero también es mucho más placentero ver que la cosa funciona cuando dependes del apoyo de la gente sin trampa ni cartón. Eso es un chute de energía y también una responsabilidad.

Los crowdfunding cuesta sacarlos adelante. ¿También en su caso?

Siempre cuesta sacarlo adelante. Somos una banda muy grande, nueve personas mínimo y cuando vamos con coristas llegamos a ser once. Ni siquiera cabemos en una furgoneta grande. Eso nos supone que se encarece todo a todos los niveles. Todo lo que suena en el directo lo tocamos nosotros, eso encarece mucho el producto pero le otorga un valor diferente a nuestra música.

¿Y qué tal se coordina la banda?

Eso es lo más complicado, pero lo bueno es que la banda está formada por gente muy comprometida con ella como primera opción. Una de las cosas fundamentales para estar aquí es el aspecto humano. La gente cree en el proyecto, en las letras y los valores que defendemos. Nos coordinamos y distribuimos los trabajos de la mejor manera posible, tenemos una organización bastante ejemplar. Sin nuestro compromiso social no sería posible la banda. Aquí todo el mundo cree en la idea de hacer música para cambiar el mundo.

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