Pau Bargalló le cedió el stick a la pequeña Antía, que rodeada por su abuela Aida Santiesteban, su madre Begoña y su tía Nuria, se encargó de hacer el saque de honor del amistoso entre España y Portugal disputado ayer en el Palacio de los Deportes de Riazor. Ellas forman la familia más cercana que dejó Enrique García-Raposo. Por él iba el partido. Un homenaje al que fuera presidente de la Federación Gallega de patinaje durante casi treinta años, también de la Española, al que no faltó casi nadie. La grada no estaba llena, pero sí lució una de las mejores entradas de los últimos años. Más de dos mil espectadores que no dejaron pasar la oportunidad de ver a la campeona del mundo y a la de Europa frente a frente, además de la actuación en el descanso de la campeona de España y continental júnior Nadia Iglesias, que encandiló con su exhibición. La cercanía con el Europeo, que se disputará en el mismo escenario en quince días, hizo que las dos guardaran más que mostraran sus cartas. El resultado era lo de menos. Fue de empate a dos. Cuatro goles de camino hacia el cielo.

Para empezar, en el equipo que dirige Alejandro Domínguez faltaban sus dos delanteros más talentosos, Raúl Marín (Reus) -su nombre estaba presente, por lo menos, en la camiseta que vistió con el nueve Marc Grau- y Jordi Adroher (Benfica). Ambos están tocados y el seleccionador los mantiene entre algodones, consciente de lo necesarios que serán cuando arranque el Europeo. El que no estará será el coruñés César Carballeira. Aunque aún no se ha hecho oficial la lista de diez, el cinco del Liceo hace días que abandonó la concentración por culpa de una lesión de espalda. El cupo local lo cubren Ignacio Alabart y Eduard Lamas. Los dos salieron ayer de inicio junto a Sergi Fernández en la portería -que en el segundo tiempo dio paso al verdiblanco Xavi Malián-, Pau Bargalló y Albert Casanovas.

El combinado nacional marcó nada más empezar por medio de Alabart, que desvió un lanzamiento de Casanovas. Empató Henrique Magalhães, que celebró así su vuelta a A Coruña. En el segundo tiempo, Portugal subió una marcha y tuvo a España un rato contra las cuerdas. Se adelantó con un tanto de Gonçalo Alves y pudo aumentar la ventaja con una directa que Costa mandó al palo. El empate fue también a bola parada con una pena máxima transformada por Casanovas, el mismo jugador que marcó el penalti que el verano pasado dio el Mundial a España.

El aperitivo abrió el hambre de Campeonato de Europa. Quedan menos de dos semanas para que España lo inaugure el sábado 14 con el duelo frente a Inglaterra. Si todo transcurre con normalidad, lo más normal es que se vuelva a ver las caras con Portugal el día 22 en la final. Esa ya será otra historia para la que queda un buen sabor de boca.