Hockey sobre patines

Los sacrificios del liceísta Tombita para cumplir un sueño

El goleador en Lisboa se marchó de casa con solo 14 años siguiendo los pasos de su tío Tomba, ex del Benfica y del propio conjunto verdiblanco

Fran Torres, en un partido con el filial del Liceo. |  // VÍCTOR ECHAVE

Fran Torres, en un partido con el filial del Liceo. | // VÍCTOR ECHAVE / María Varela

“Cuando Fran tenía 11 años, allá en Argentina, ya destacaba mucho, jugando contra chicos de categorías más grandes. Un día me reuní con José Luis Huelves y le dije que tenía un sobrino que quería intentarlo, que su sueño era jugar en Europa. Vino a probar... y fue amor a primera vista. Tenía solo 14 años. Y tuvo que sacrificar mucho para luchar por ello”, recuerda emocionado el exjugador de Liceo y Benfica Leonardo Torres, Tomba, tío de Fran Torres, Tombita, el autor de los dos tantos que los verdiblancos anotaron el jueves contra los lisboetas en el pabellón da Fidelidade, donde con 18 años se convirtió en el goleador más joven de esta fase de grupos de la Liga Europea.

El delantero argentino está maximizando sus oportunidades —ya había marcado en liga contra el Caldes— en una temporada en la que compatibiliza los entrenamientos con el primer equipo, las apariciones con el filial en la OK Bronce, con el júnior en la Liga Gallega, y la grada o el banquillo según entre o no en la convocatoria de cada semana de Juan Copa. Él se lo toma con calma. “Recibo muchos mensajes. Que soy joven, que vaya poco a poco. Que luche cada entrenamiento porque los frutos se van a dar. Y es lo que estoy intentando hacer. Dar todo de mí y seguir peleando para tener oportunidades”, señala.

Tomba, en su etapa cmo entrenador del Vigo Stick.

Tomba, en su etapa cmo entrenador del Vigo Stick. / JOEL MARTINEZ

Lo de Lisboa fue “increíble”. “Copa me dio la oportunidad, entré decidido y pude marcar los goles. Estábamos jugando bien, pero no entraba la bola. Y yo al ser interior, esa es mi forma de juego. Y se dio”, resume. No era, eso sí, el primer Tomba en marcar en la pista lusa porque el tío ya lo había hecho antes tanto como local como visitante en sus diez años como profesional en Portugal. “La gente me saludó allí recordándole”, dice el pequeño de una tradición familiar que empezó con el abuelo, el Tomba original, y que se mantiene generación tras generación, después con los hijos, Leonardo y Óscar, el padre de Fran, por quien lleva el 4 (doble) a la espalda. “Yo heredé el nombre de ellos y me pusieron Tombita, pero cuando sea grande ya será Tomba también”, bromea.

El jueves le tocó vivir una recompensa al sacrificio que hizo desde que con solo 14 años se marchó de casa para perseguir su sueño. “Vine muy joven, decidido a que esto iba a formar parte de mi vida”. A su madre Verónica no le hacía gracia,“pero hay trenes que solo pasan una vez en la vida”. Y si ya es duro estar separado de su familia siendo tan pequeño, la situación la agravó la pandemia, que hizo que pasara casi dos años sin poder volver a casa. “Lloraba muchos días”, confiesa su tío, al que le cuesta también contener las lágrimas, “pero allí está muy bien cuidado, yo le mandé a mi gran amigo Facundo Salinas”.

Él, desde Vigo, también lo supervisa: “Mi consejo es que con esfuerzo, sacrificio y humildad todo llega. El Liceo es una oportunidad inmensa y tiene que tener paciencia y demostrar en cada entrenamiento que lo da todo para tener aunque sea solo un minuto en los partidos. Ya solo entrenar con el equipo de la OK Liga es una gran oportunidad. Y él es un niño muy humilde, que se hace querer esté dentro o fuera de la cancha”. No lo puede evitar, es un tío orgulloso. “Ya solo verlo allí jugando contra jugadores campeones del mundo como Carlos Nicolía, Pablo Álvarez y Lucas Ordóñez... a ver cuántos pibes de 18 años pueden estar asentados en plantillas de los grandes de Europa. Y además ser ya campeón del mundo sub 19. Lo dará todo para triunfar tanto con el Liceo y con Argentina”, vaticina. Y Tombita tiene mucho tiempo para demostrarlo.

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