Hockey sobre patines

El Liceo ata a Martí Serra y estudia repatriar a Martín Rodríguez

El club verdiblanco anuncia la renovación de su meta titular y medita el regreso del coruñés tras dos temporadas en Francia

Martí Serra, en la portería del Palacio de los Deportes de Riazor. |  // VÍCTOR ECHAVE

Martí Serra, en la portería del Palacio de los Deportes de Riazor. | // VÍCTOR ECHAVE / María Varela

La portería del Liceo no cambia de inquilino la próxima temporada. O al menos no uno de ellos. El club anunció ayer la renovación de Martí Serra, que tendrá un año más, el tercero ya, para reivindicar su valía. El guardameta de Sant Hipòlit de Voltregá llegó a A Coruña con la complicada tarea de sustituir a Carles Grau, que después de ganar Supercopa, Copa y Liga se fue al Barça. Con altibajos en su trayectoria, su rendimiento en la segunda parte de la presente liga, clave en la recuperación del conjunto verdiblanco, ha sido un espaldarazo para que el club decidiera seguir apostando por él. No es el caso del que todavía es su compañero, el portugués Tiago Rodrigues, al que se le han abierto las puertas de salida. Para acompañar a Serra bajo palos el próximo año se estudia el regreso de Martín Rodríguez tras dos temporadas en Francia —hace dos años ambos Martines cruzaron sus caminos, uno llegó y otro se fue—. Supondría darle al equipo más acento koruño que nunca. A Dava Torres, César Carballeira, Pablo Cancela y Bruno Saavedra (santiagués adoptado) se les uniría el guardameta formado en el colegio. Mitad de la plantilla local. Y no sería el último.

Martí Serra, que la próxima semana se marchará con César Carballeira a disputar la Copa de las Naciones con la selección española, zanjó en este 2024 todas las dudas a su alrededor. Su rendimiento en la primera temporada, la 2022-23, en la que tenía al argentino Mati Bridge como suplente, había fluctuado entre actuaciones brillantes y otras en las que no había estado a la altura de lo esperado de él, sobre todo en las grandes ocasiones, cuando más se le necesitaba. Este curso, la llegada de Tiago Rodrigues le iba a exigir un esfuerzo extra. En igualdad de condiciones, Juan Copa estaba dispuesto a repartir minutos y decidirse por el que más aportara al equipo. Y ese fue el catalán. Su paso hacia adelante después de que el equipo quedara eliminado de la Copa del Rey fue también una de las claves de la reacción del Liceo en la segunda parte del curso, con tres porterías a cero en los dos primeros meses del año.

El catalán, de 27 años, no solo le ganó el puesto a Tiago Rodrigues, sino que convenció a los dirigentes liceístas para que siguieran apostando por él, ganándose la renovación. Y lo cierto es que no lo ha tenido nada fácil en su trayectoria en A Coruña porque el listón en la portería verdiblanca estaba altísimo, ya que por ella han ido sucediéndose algunos de los mejores especialistas de cada época, empezando por José Luis Huelves y al que le siguieron Ramón Canalda, Jaume Llaverola, Xavi Malián y Carles Grau como grandes nombres. Serra, que procedía del Lleida, se unirá a la lista con, al menos, tres años defendiendo las redes coruñeses. El que dirá adiós tras solo una temporada será el portugués Tiago Rodrigues, al que le pesaron los años a la sombra de, precisamente, Xavi Malián en el Porto, sin jugar, y el desconocimiento de la liga. Lo mismo que a su compatriota Tomás Pereira, que llegó del Oliveirense con la intención de hacerse un hueco en el Liceo, pero que cerrará su ciclo tras solo un curso.

También Martín Rodríguez sabe lo que es el rol de portero suplente, primero del propio Malián y después de Carles Grau. Por eso decidió hace dos años que necesitaba irse de un Liceo al que describía como la historia de su vida. Porque igual que César Carballeira, pocos hay más liceístas que él, empezando a mamar el sentimiento desde la cuna, en el seno del colegio, ascendiendo por las diferentes categorías, aunque él ha tenido más aventuras fuera. Como en Cerceda, Alcobendas y estos dos últimos cursos en Francia, el primero en el Noisy le Grand y este último en el Saint Omer, junto a otros dos coruñeses, Jacobo Mantiñán y Pablo del Río, ganó la Supercopa, va camino de sumar la liga, es favorito en la Copa y casi da la sorpresa de clasificarse para los cuartos de final de la Champions. Por eso el Liceo cree que es hora de que regrese a casa. No solo por el alto nivel competitivo que aportaría. Sino porque volvería al vestuario uno de sus pesos pesados, un tercer capitán. Además, tiene otra faceta que interesa a los dirigentes verdiblancos, que es su predisposición al trabajo con la base. Era una de sus aspiraciones cuando se marchó y lo que podría convencerle para hacer de nuevo las maletas. Con 30 años todavía le queda mucho hockey por delante.

Dos semanas sin competición, pero con mucho trabajo para los jugadores

El Liceo afronta su segundo fin de semana sin competición. El primero, sus rivales disputaron la Copa del Rey. Unas vacaciones forzadas y no deseadas por ninguno de los miembros del conjunto verdiblanco. Este próximo lo que habrá es competición europea con la ida de los cuartos de final. Aún tendrá que esperar, por tanto, hasta el próximo fin de semana para volver a la pista. Será no obstante a lo grande pues recibirá, el domingo 24 a las 12.00 horas, al Barça en el Palacio de los Deportes de Riazor. Ya fue el último rival en pasar por el pabellón coruñés antes del parón, aunque fue en la Liga Europea, con victoria visitante por 2-4. En esta ocasión, la visita azulgrana se deberá al partido de la segunda vuelta de la OK Liga. Los coruñeses abrirán ante ellos, además, los últimos cinco partidos de la fase regular en los que intentarán primero asegurar el play off —ahora mismo tienen un margen de 10 puntos con 15 en juego—, después intentar ser cabezas de serie —son tercero con cinco de ventaja sobre el quinto— e incluso intentar asaltar la segunda plaza, en posesión del Noia, del que le separan tres puntos. Barça, Voltregá y Noia en casa y Reus y Alcoi fuera es el exigente final de calendario de los verdiblancos. Por eso Juan Copa decidió no dar vacaciones a los jugadores pese a las semanas sin competición. El equipo ha seguido ejercitándose con la misma asiduidad que como cuando hay partidos el fin de semana: cuatro sesiones en pista, además del gimnasio a las órdenes de Marc Godayol, y un único día de descanso. Al Liceo solo le queda la competición doméstica y se quiere aferrar a ella para acabar bien un año complicado, que empezó con la final de la Supercopa de España, se complicó y ahora parece que se endereza.

Suscríbete para seguir leyendo