El encontronazo y el no definitivo a Rubén de la Barrera abrió un nuevo escenario para el Deportivo y desencadenó un proceso de selección de un nuevo técnico que coge velocidad de crucero hasta la fumata blanca que se producirá en los próximos días. Así como antes fue el aún entrenador del Compos, Yago Iglesias, el que se reunió con Carlos Rosende, nuevo secretario técnico, en las últimas horas ha sido Borja Jiménez, un estratega valorado desde hace años en el Dépor y que empezó la pasada liga en el banquillo del Cartagena, el que disfrutó de la oportunidad de intercambiar impresiones con los responsables coruñeses y de presentar de manera fehaciente su candidatura al banquillo de Riazor. Ambas opciones siguen abiertas para la entidad coruñesa y hay más alternativas en un casting para elegir el que será nuevo entrenador. La decisión definitiva no se demorará y finalmente será ratificada por el consejo de administración tras pasar por el filtro previo del director general, David Villasuso.

Yago Iglesias celebra el ascenso del Compos en 2020. | // LOC C. MIranda / M. Otero

Las impresiones de Borja Jiménez tras ese intercambio verbal previo a ser presentado como uno de los candidatos al banquillo del Dépor fueron muy buenas. El gran aval del técnico abulense, dos años menor que Yago Iglesias, es curiosamente la experiencia. Su currículum recoge recientemente dos ascensos a Segunda División, justo el camino que necesita recorrer el Deportivo cuanto antes, con Mirandés y Cartagena, un equipo que había padecido varias experiencias en falso en el play off y con urgencias históricas para volver a la división de plata. La elección de uno u otro, más allá del esfuerzo que se haga desde el punto de vista económico y de configuración de la plantilla, será también un mensaje al resto de equipos de la categoría. La apuesta por Borja Jiménez alude a la inmediatez y a un objetivo ineludible, el sí a Yago Iglesias introduce más matices y holgura a la exigencia a un técnico, al que ya quiso el ex presidente Paco Zas hace tres años para el Fabril. El potencial, el perfil del entrenador de Palmeira y lo mostrado por su Compostela esta temporada hablan a favor de una opción muy valorada en la plaza de Pontevedra.

Más allá de la premura que pueda tener el Dépor por la dilación en la negociación con Rubén de la Barrera y el posterior no del club al coruñés, los técnicos contactados saben de primera mano que el desenlace de esta selección requerirá ir por unos cauces muy marcados y que obligan a que la decisión final suba por el organigrama hasta el consejo de administración. Con Richard Barral en un segundo plano, el nuevo secretario técnico, Carlos Rosende, es el que los está entrevistando y su opinión técnica tendrá mucho peso, pero luego todos los elementos llegarán a la mesa de David Villasuso y del resto de directivos del equipo de Antonio Couceiro, que serán los que propicien la esperada fumata blanca en un sentido u otro. Posteriormente, llegará el momento de entrar en la letra pequeña del nuevo contrato y de las condiciones de trabajo y de la materia prima de la que disfrutará el inquilino del banquillo de Riazor.

La próxima semana el Dépor debería tener nuevo entrenador, aunque los acontecimientos también se pueden precipitar en las próximas horas. El club coruñés tiene tiempo y también mucho trabajo en una temporada en la que espera afinar más en sus decisiones.

Toda la planificación, pendiente

El reloj corre en contra del Deportivo que afronta un verano rupturista en el que tiene tiempo para planificar, pero en el que también debe tomar decisiones de calado. El presidente Antonio Couceiro ya avisó de que se reducirá la inversión en sueldos, con lo que llegarán las bajas y las salidas con los agravantes de la existencia de largos y gravosos contratos y de que la Primera Federación exige un alto volumen de fichajes sub 23. De la elección de uno u otro, dependerá el mercado al que acceda el club coruñés y algunos futbolistas que puede reclutar. Aun así, no se espera que la alternativa a Rubén de la Barrera tenga el mismo peso en las decisiones de planificación que estaba reservado para el ex de la Cultural. La secretaría técnica será objeto también de decisiones tras el ascenso de Rosende por la salida de Alfonso Serrano y la pérdida de protagonismo de Richard Barral, con el futuro en el aire.