La locura ‘vintage’ se apodera del Deportivo

Las camisetas retro están de moda y viven su mayor ‘boom’

El precio se ha duplicado en pocos años y el coleccionismo es tendencia

Javi Canosa y Pablo Campos dedican su vida y armario al blanquiazul

Javier Canosa, coleccionista de camisetas del Deportivo, con parte de la colección de prendas utilziadas por futbolistas. |  // CEDIDA

Javier Canosa, coleccionista de camisetas del Deportivo, con parte de la colección de prendas utilziadas por futbolistas. | // CEDIDA / xane silveira

Xane Silveira

Xane Silveira

Es locura, tendencia y moda. Es retroceder en los años para situarse al frente de la vanguardia actual; encabezar una lista virtuosa que no tiene final. La ropa vintage se ha apoderado de las calles y también de los estadios. El fútbol no se escapa al retroceso temporal de los armarios y cada vez es más habitual ver a adolescentes con prendas que doblan su propia edad. Padres y madres que ceden camisetas, chándales o sudaderas de su juventud, que se lucen como auténticos trajes de gala para un convite que dura 90 minutos. Y, entre medias, aquellas personas que rebuscan entre cajas antiguas, pestañas de Google y tiendas de segunda mano para localizar el deseo más anhelado. Lo describen como “tolemia”, “locura” o “pasión”. Es, a fin de cuentas, una forma de vida: el coleccionismo.

Las marcas y los clubes de fútbol no se han quedado atrás en la vorágine de la moda retro. Las campañas se han enfocado en devolver el fútbol a las calles, aunque como una prenda de día y no como una puramente deportiva. En la carrera se han mezclado las elásticas plagadas de marcas del paso del tiempo con las nuevas y rebautizadas como imitaciones o réplicas que sirven para calmar el mono. El mercado no ofrece tanto; así que ante la demanda, todos se han puesto manos a la obra. Incluido, por supuesto, el Deportivo.

“Desde hace dos o tres años, no sé por qué, los precios subieron espectacularmente. Una que antes valía 200 euros ahora está en casi 400”, explica Javier Canosa. De 1985, lleva desde los 22 años dedicándose al coleccionismo de zamarras. En su armario, repartido en dos casas, calcula que tiene más de un centenar de tienda y en torno a 112 match worn, camisetas utilizadas en partidos oficiales por jugadores o que son de utillería (no se llegaron a emplear, aunque sí son oficiales y de futbolistas). Se considera coleccionista por vocación. “Empecé comprando mis favoritas, las que más me gustaban. Después vi que igual de un año tenía dos y quería completar la tercera. Llegó un momento en el que, desde 1993, las tenía prácticamente todas, así que empecé a interesarme por las de los jugadores”, cuenta. Su historia es compartida por otros muchos amantes de lo clásico que se dedican a un club.

Pablo Campos y David Bello, de Ourense, crearon hace un año el proyecto As Nosas Cores. Llevan un año en el coleccionismo, aunque han entrado “con fuerza” en un mundo que se ha encarecido. “Nos gusta definirlo como el concepto de conservar patrimonio deportivista. Tratamos de tener solo prendas únicamente preparadas por utillería o utilizadas en partido por futbolistas de todos los tiempos”, relatan. Forman la otra parte de un mundo que ha chocado de frente.

En una sociedad que se rige por la moda, tener la más antigua ha pasado a ser el one piece de los coleccionistas. Riazor, en los últimos meses, se ha convertido en una pasarela de camisetas retro. La verde de Feiraco fue la gran tendencia, en especial después de que Martiño Rivas saliese en televisión con ella. “Desde que se la puso hubo un boom, unos días antes había vendido una por 140 euros y, de repente, se colocaban por 260”, explica Javi Canosa. No es la única: la dorada de Dreamcast o la roja que compartieron Adidas y Feiraco han sido las más buscadas recientemente.

Las redes sociales y las tiendas online de segunda mano han favorecido la proliferación del mercado. Incluso tiendas que se dedican a un nicho que ya es un gran mercado, como Classic Football Shirts, la más conocida a nivel europeo. Javi Canosa advierte que la “picardía” ha crecido en estos portales para “engañar” y “aprovecharse” de los compradores. “Yo, si puedo, intento obtenerlas de gente que estuvo en el club u otros coleccionistas que tienen ropa de buena procedencia. También intentas averiguar un poco o verificar por los partidos, desde hace años acumulo cintas, por lo que me entretengo indagando”, resume. Además, se ha encontrado con jugadores que ponen en circulación sus propias indumentarias, pero siempre “a través de terceras personas”.

En una carrera frenética por tener las más antiguas, bonitas y exóticas, ambos coleccionsitas coinciden en diferenciar armarios: a un lado las camisetas que se venden en tienda y a otro las de juego. “Depende del estilo y del año, pero sí, hay diferencia, quizá pueda variar 100 euros con facilidad, pero no es lo mismo una de 2005 que una de 1997”, desgrana Canosa. Pablo Campos añade que la locura por el Deportivo a nivel social se ha traslado también al precio en el mercado: “Hay una diferencia abismal con otros clubes. Ese apoyo incondicional y el querer rememorar épocas doradas ha hecho que se encarezcan sus camisetas”.

En Classic Football Shirts se puede encontrar una zamarra del Deportivo de la 93-94 en estado “excelente” por 205 euros, mientras que una de Javier Manjarín utilizada en Copa de la UEFA ante el Aston Villa (misma temporada) tiene un coste de 935,99. En el portal especializado Match Worn Shirts, dedicado a prendas expresamente utilizadas por futbolistas en formato subasta, la elástica de Lucas Pérez de su regreso al Deportivo en 2023 se vendió por 2.705 euros.

Hace exactamente 50 años, en las navidades de 1973, el Leeds United de Don Revie fue el primer equipo en comercializar, por un precio que rondaba las cinco libras, una camiseta de fútbol. Fue el inicio de una escalada que ha derribado su propio techo de cristal y parece no tener fin. La ropa de fútbol se han convertido en un complemento más del día a día, pero las más buscadas son las anteriores a 1992. Antiguamente un jugador contaba con una o, como mucho, dos elásticas por temporada. “Rox, Umbro, Adidas... las consigues, pero de antes es imposible”, expresa Javi Canosa. “Lo más anhelado es lo más antiguo. Son unidades muy difíciles de lograr. Quizá de cada modelo, y son varias temporadas, haya una sola camiseta por persona”, añade Pablo Campos.

En el horizonte comercial han explotado en los últimos años las réplicas de las clásicas. Ignoradas por los coleccionistas, se han convertido en el reducto emocional para los aficionados más casuales que no pueden (o no quieren) permitirse una de época. El Deportivo se sumó a la moda y sacó recientemente una reedición de la histórica camiseta verde de Feiraco. Antes de acabar alguna en la reventa, el lanzamiento fue un auténtico éxito y la página online se colapsó. Las colas desde las seis de la mañana en Riazor hasta pasadas las tres de la tarde agotaron en un momento las existencias hechas y por hacer. Es solo el preludio de lo que otros clubes ya han incorporado de forma sistemática para copar un mercado, el de la nostalgia, que parece infinito.