Vuelve Óscar Cano a Riazor: “Su hándicap eran las ruedas de prensa, no los partidos”

El técnico nazarí, el más controvertido fuera del fútbol profesional en el Dépor, no conectó con la grada: “Le pasó factura la cantera. No se correspondía lo que decía y lo que hacía”

Óscar Cano sigue desde la banda un partido del Deportivo la pasada temporada en Riazor. |  // CARLOS PARDELLAS

Óscar Cano sigue desde la banda un partido del Deportivo la pasada temporada en Riazor. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos MIranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

El Dépor transita por su cuarta temporada fuera del fútbol profesional, donde ha contado con cinco entrenadores, pero ninguno ha soliviantado a Riazor desde 2020 como Óscar Cano, quien regresa el sábado sentado en el banquillo de un Sabadell al que ha resucitado. Ni Fernando Vázquez ni Rubén de la Barrera (en dos etapas) ni Borja Jiménez ni Idiakez en los malos momentos. Él. Y eso que su equipo no fue, ni mucho menos, el que peor rendimiento deportivo ofreció, menos en Riazor, donde era una apisonadora. Era algo que iba más allá de lo futbolístico.

“Su hándicap eran más las ruedas de prensa que los partidos”, apunta Tito Ramallo, exentrenador del Fabril y exdirector de la cantera. “Hay técnicos que conectan más o menos con la manera de pensar de la gente (del Dépor) y él... Hubo a otros que no les pasó lo mismo y el equipo no iba nada bien. Le costó llegar a la gente, transmitir su mensaje. Estaba acostumbrado a explicarse y aquí somos más directos, más rápidos, no necesitamos tanto. No fue capaz”, razona el coruñés.

El técnico nazarí no dejaba que sus equipos hablasen por él. El entrenador José Ángel Salgado comparte la opinión de Ramallo. Era un problema más de oratoria que de balompié. “Futbolísticamente su Deportivo rendía muy bien, sobre todo en casa. Siempre hay diferentes opiniones sobre que uno debe jugar más o menos, pero eso no era algo importante. A él le perjudicó lo que no tenía que ver con el juego. Lo que decía no se correspondía con lo que hacía y eso fue realmente lo que le pasó factura. Se metía a veces en unos jardines innecesarios”, abunda.

La gestión de la cantera fue una de las principales críticas y armas arrojadizas contra su labor antes de que fuese destituido. Él no contaba con futbolistas como Trilli, que se acabó marchando al Barça B, o Yeremay y Mella, que se han revelado como fundamentales esta temporada a las órdenes de Idiakez. Esa falta de apuesta por Abegondo generó animadversión en la hinchada, a juicio de Ramallo y Salgado. “Le penalizó”, afirma rotundo Tito. “Casos como los de Trilli y Yeremay. Ellos quizás eran más inmaduros, pero apostó por un determinado registro de jugadores. No se entendió que no le diese minutos a jóvenes en una categoría como la Primera RFEF”, reflexiona sobre una realidad que también constata José Ángel. “Fue lo principal (que le hizo daño). Todos veíamos que podían tener protagonismo y, además, los elogiaba públicamente y luego no los ponía. En definitiva, que lo que decía no se correspondía con lo que hacía”.

La única duda es si en esa fuerte crítica pesaba la frustración del deportivismo que no veía luz en el callejón oscuro de la Primera RFEF. Salgado cree que “no”, porque otros entrenadores tampoco cumplieron objetivos y “no generaban esa tensión”. Ramallo considera que “el entrenador es siempre el primer peón” y fue “más fácil entregarlo, porque no había feeling, no había ese enlace emocional”. El sábado Riazor y Óscar Cano se reencontrarán con su pasado.

Carlos Rosende: “Él no está pendiente de si recibimiento sí o si recibimiento no”

“No espero un ambiente muy hostil”. La visita del Sabadell el sábado a Riazor traerá consigo el regreso también del último secretario técnico del Dépor. Carlos Rosende está de vuelta en Riazor después de una temporada pasada que acabó con su salida en diferido tras la destitución del técnico. El coruñés, ahora director deportivo del conjunto catalán, cree que no habrá ningún tipo de recibimiento especial a Óscar Cano. “Espero que la afición de Riazor esté con su equipo, que es lo que siempre hace. Ahora, además, está disfrutando de un muy buen ambiente deportivo. Es el mejor equipo del grupo, el que tiene más recursos, el que está en mejor momento y el candidato número uno para subir”, razona, mientras elogia el poderío del proyecto blanquiazul.

Han sido unos días previos con leves referencias desde A Coruña a Óscar Cano, alguna de jugadores que con él no tenían protagonismo en el Deportivo hace meses. Rosende considera que el trabajo de su entrenador fue honesto en A Coruña y que es el poso que le debe quedar. “Me resulta muy ajeno. Cada uno tiene puesta la cabeza donde considera. Nosotros somos profesionales. Óscar tiene el foco bien puesto, sabe cuál era la prioridad, no está pendiente de si recibimiento sí o recibimiento no. Somos profesionales del fútbol y en un sitio te querrán unos mucho y otros menos. Tú haces tu trabajo lo mejor sabes y Óscar es una persona extraordinariamente honesta en su trabajo, con lo cual dio todo con el Dépor para que el resultado fuese el mejor posible y ahora está volcado en que el resultado del Sabadell sea el mejor posible”, defiende en la presentación de una renovación del conjunto arlequinado.

Para el propio Rosende no será un partido más. El Deportivo es el club de su ciudad y es el que le dio la oportunidad de hacer carrera en la dirección deportiva: “En lo personal será un día especial. Fueron muchos años muy buenos, tengo grandes amigos trabajando en el club. Soy el primero que espera que el Deportivo ascienda para celebrar. Soy el primero que quiere que esté en Segunda y que cuando llegue a Segunda, que suba. Es mi casa, es mi club. Será un día distinto, más emocionante, pero con las ideas claras, con el compromiso de que podemos hacerle daño a cualquiera”, reafirma.