La fuerza del viento y las olas impiden regatear al rey emérito

La prueba se disputó, pero sin el exmonarca a la caña del ‘Bribón’, por las fuertes rachas | El rey estuvo en el coche más de una hora

El emérito, a su llegada, ayer, al puerto de Sanxenxo en el coche conducido por Pedro Campos. |  // G. DE LA PAZ

El emérito, a su llegada, ayer, al puerto de Sanxenxo en el coche conducido por Pedro Campos. | // G. DE LA PAZ / Carlos García

Carlos García

Unas rachas de viento de hasta 20 nudos (unos 38 kilómetros por hora) combinadas con un fuerte oleaje en el mar impidieron ayer que Juan Carlos I pudiera ponerse a la caña del Bribón en la primera jornada de la regata Volvo Autesa Cup de la Liga Española de 6 Metros. La regata se celebró en unas malas condiciones que aconsejaron que el rey emérito permaneciese en tierra y quien todavía tendrá hoy una última oportunidad para competir en aguas de la ría de Pontevedra. El exmonarca volvió a mostrarse muy discreto hasta el punto de no bajar del coche durante la hora y media que pasó en el puerto de Sanxenxo.

Ese “perfil bajo” que desean mantener el emérito y su entorno en su segunda visita a Sanxenxo tras su marcha a Abu Dabi quedó ayer más que patente en el puerto deportivo de Sanxenxo, que lleva su nombre. Juan Carlos I permaneció casi una hora y media en el coche de su amigo Pedro Campos mientras se decidía, primero, si había regata y, posteriormente, si era conveniente que el padre de Felipe VI saliera a competir, como estaba previsto, en un mar que presentaba un fuerte oleaje y vientos de hasta 20 nudos.

La organización decidió que los barcos podían salir, pero el rey emérito se quedaba en tierra ante las malas condiciones que había en el mar. “Sentidiño”, repetían desde el Náutico de Sanxenxo, para explicar que el escenario en aguas de la ría no era el mejor para sentar a la caña de una embarcación de poco más de diez metros a un hombre de 85 años con problemas de movilidad, por mucha experiencia que tenga como regatista.

Así las cosas, el Bribón salió a navegar pero sin el exmonarca entre sus tripulantes para decepción no solo del propio Juan Carlos I, sino de las decenas de curiosos que ayer sí, siendo sábado, se habían congregado junto a los medios de comunicación en el espigón del puerto de Sanxenxo.

La jornada ya empezaba con mala climatología. El rey emérito salía de la casa de Pedro Campos en Nanín sobre las once de la mañana en dirección hacia el Náutico de Sanxenxo. Lo hacía bajo un intenso chaparrón. Pero no era la lluvia lo que preocupaba a la organización de esta segunda cita de la Volvo Autesa Cup, que es también la segunda prueba de la Liga Española de 6 Metros. Lo que les daba mala espina era el viento combinada con la marejada que se hacía notar incluso en el interior de la ría.

Retraso en la regata

De hecho, al momento se abrieron claros y llegó el sol. No obstante, la salida de la regata, que estaba prevista para la una de la tarde, se tuvo que aplazar mientras se examinaban los partes meteorológicos y se decidía si finalmente se celebraba o no. Sobre las doce y media sonaba la bocina que anunciaba que la prueba se iba a disputar y que los barcos tenían que acudir a la línea de salida. Ahí fue cuando se confirmó que el emérito no estaría a bordo del Bribón, el barco de José Cusí, como estaba previsto. La embarcación ponía rumbo al campo de regatas mientras que Juan Carlos I, en el asiento de copiloto del coche de Pedro Campos, conducido por este, regresaba al chalé de Nanín sin tan siquiera hacer parada en el Real Club Náutico.

Al padre de Felipe VI le queda todavía una oportunidad en la jornada de hoy domingo para poder participar en la competición.

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