Las víctimas, indignadas con la DGT: “Nos humilla la ley, los jueces y ahora esta campaña”

Stop Accidentes envía una carta a Pere Navarro ante el spot de Tráfico de este verano en el que presenta a los homicidas “como víctimas”

“Ellos causan tragedias”, denuncian

La campaña de la DGT indigna a las víctimas de tráfico.

La campaña de la DGT indigna a las víctimas de tráfico. / R. Prieto

Cuando matas a alguien en la carretera, lo matas todos los días de tu vida. Es el lema de la DGT con el que este verano pretende sensibilizar a los conductores sobre los peligros de ponerse al volante bajo los efectos del alcohol. Cristina, Martín y David son los protagonistas de esta campaña que ha indignado a las víctimas, que ya han enviado un escrito al director de Tráfico, Pere Navarro, en el que denuncian sentirse “desprotegidas” por una “justicia garantista” para el infractor e “impotentes” ante una sociedad “indiferente” con la violencia vial. Sentados en el sofá de su casa o a la mesa de su cocina, los homicidas mantienen años después una conversación con la persona a la que mataron en la carretera (Lolo, Juan y Carlos) y muestran la angustia emocional, la culpa, la ansiedad, el estrés postraumático que supone haber matado a alguien en un siniestro de tráfico provocado por el consumo de alcohol. “De verdad, ¿creéis que es esto lo que pasa? ¿Que el homicida siempre muestra arrepentimiento?”, se pregunta Pilar Rosanes Gutiérrez, madre de Josep, un joven que falleció el 9 de agosto de 2020 tras ser arrollado en Dumbría por un conductor que invadió su carril a al menos 116 kilómetros por hora en una curva limitada a 70 km/h.

“¡Nos dicen que el homicida sufre, que lo va a pasar mal toda su vida y parece que la víctima está casi disculpándolo! Sencillamente en el vídeo sobra la víctima, está muerta”, denuncia Jeanne Picard, delegada de Stop Accidentes en Galicia, que ha remitido una carta a la DGT para manifestarle su rechazo ante el planteamiento de esta campaña. “Transmite un doble mensaje confuso y poco respetuoso con las víctimas”, añade Picard, haciéndose eco de las quejas de familiares de las llamadas víctimas inocentes en carretera, aquellas que por comportamientos negligentes de otros perdieron la vida. Es el caso Josep, un joven afincado en Barcelona y de abuelos gallegos, que falleció hace casi tres años en la AC-442, a su paso por Dumbría cuando un joven conductor invadió con su Peugeot el carril contrario. Circulaba al menos a 116 km/h en una curva limitada a 70. La sentencia llegó el pasado diciembre: dos años de cárcel por homicidio imprudente y la retirada del carné por tres años y medio, pero finalmente el condenado, Asier G. S., natural de O Pino y afincado en Santiago, no ingresará en prisión ya que carece de antecedentes, y por ahora sigue conduciendo.

“Señores de la DGT, los homicidas no son las víctimas de las tragedias que ellos provocan. Mi hijo es la víctima. Más de mil víctimas mortales cada año. Y ustedes han ignorado nuestro dolor, un dolor indescriptible. Nos humilla la ley y los jueces que la aplican y ahora nos humillan los que se supone que deben protegernos”, denuncia en redes sociales Pilar Rosanes Gutiérrez, madre de Josep que a raíz de una sentencia “con la que han vuelto a matar a mi hijo”, advertía en declaraciones a este periódico tras conocer el fallo, ha iniciado una campaña de recogida de firmas (https://www. change.org/p/pedimos-una-mayor-condena-para-los-delincuentes-viales) que ya suma más de 110.000 apoyos para reclamar una modificación del artículo 142 del Código Penal, que prevé penas de 1 a 4 años de prisión para los casos de homicidio imprudente, sea modificado para equipararse a las penas que se aplican en otros países, como Francia, que establece entre 3 y 5 años de cárcel.

Pilar apela directamente a la DGT: “¿Queréis una verdadera campaña de concienciación? Dadnos voz, escuchad lo que ha quedado de nosotros. De verdad, ¿creéis que es esto lo que pasa? ¿Que el homicida siempre muestra arrepentimiento? Pero, ¿cuántas veces tenemos que soportar que nos humillen? Hablad con las víctimas, preguntadles qué les pasó el día después, pedidles a ellas que aparezcan en vuestras campañas”. Su marido ni siquiera ha visto los spots de la campaña. “Ni quiere. Retiren la campaña”, clama Pilar.

Desde Stop Accidentes advierten de que el vídeo no ha sabido transmitir un mensaje que tiene fuerza: si matas alguien y eres responsable lo tendrás presente todos los días de tu vida. “Es un mensaje que también hemos visto muchas veces y hay vídeos de testimonios de homicidas desde la cárcel, pero visualizar el entorno que rodea al homicida en el salón de su casa… o hablando con la víctima en la cocina… crea un ambiente de demasiada tranquilidad, de charla … y sobre todo la presencia de la víctima no se entiende”, lamenta Jeanne Picard. “Falta la otra parte”, advierte: “Que enseñe los familiares de las víctimas que sufren de por vida la ausencia de su ser querido porque le han arrebatado la vida a una persona inocente llena de vida y de proyectos, que seguimos siendo víctimas desprotegidas por una justicia garantista para el infractor, que nunca los familiares han oído el perdón, y que nos sentimos impotentes e indignadas ante una sociedad indiferente ante la violencia vial”. Las víctimas, sentencia Picard, no se sienten representadas.

Cristina es una de las protagonistas de la campaña. “Esta mañana volvía borracha conduciendo, no había dormido y no he vuelto a dormir bien en mi vida”, así arranca el relato de la joven, que puede escuchar completo en el vídeo principal de este artículo. Tras ello, comienza una conversación ficticia con el niño al que atropelló.

“Veo a una mujer, sentada cómodamente en un bonito sofá de una bonita casa, que lamenta no poder dormir desde aquella mañana en la que atropelló y mató a un niño que pedaleaba en su bicicleta. La mujer confiesa que conducía borracha. Y el fantasma del niño, cabeza ensangrentada, bromea con su homicida sobre las pastillas que ésta toma para poder dormir. Pero, pobre mujer, cuando duerme sueña con el niño, siempre bajo las ruedas de su coche. Tanto es el dolor que arrastra, que ha decidido no tener hijos, nos dice la homicida. Y yo contemplo, atónita, cómo la DGT ha sentado a mi hijo Josep, un extraordinario joven de 20 años, al lado de su homicida. Y contemplo cómo el homicida se lamenta de no poder dormir, de tener que soñar cada noche con mi hijo, que sigue ahí sentado porque un publicista sin escrúpulos le ha dado el papel secundario en una tragedia de la que él no es el protagonista”, lamenta Pilar.

Por otra parte, Stop Accidentes se pregunta cuál es el impacto que tienen estas campañas en la sociedad. “Se gastan muchos millones en estos spots, pero falta conocer cuál es el alcance y si cambian comportamientos”, cuestiona Picard.

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