Interceptado un conductor de 72 años en sentido contrario en la AP-9 en Pontedeume

Otro octogenario sufrió el mismo despiste en la A-6, en Baralla | En cinco años, más de mil conductores de A Coruña fueron requeridos a chequeo médico

El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de A Coruña investiga a un conductor de 72 años que el pasado domingo fue interceptado en sentido contrario por la AP-9, que discurre entre Guísamo y Ferrol, a la altura de Pontedeume. El hombre iba acompañado de su mujer y no pudo precisar por dónde había accedido al vial. Varios vehículos tuvieron que esquivarlo. Practicada la prueba de alcohol y drogas, arrojó un resultado negativo. Y el miércoles, la Guardia Civil identificó a otro conductor de 80 años que circulaba en sentido contrario por la autovía A-6, a su paso por el municipio lucense de Baralla.

Despistes como el de estos dos conductres de avanzada esdad son frecuentes en la red viaria de Galicia, una comunidad marcada por una pirámide poblacional cada vez más envejecida y una dispersión que hacen necesario el uso del vehículo para prácticamente cualquier desplazamiento.

Cada vez que un conductor es detectado en un control rutinario o tras cometer una infracción y se sospecha que puedan no ser aptos para la conducción, las patrullas de la Guardia Civil lo notifican a la Jefatura de Tráfico para ser sometido a un examen médico extraordinario por parte del Sergas.

En el mapa autonómico, la provincia de A Coruña está marcada en rojo ya que concentra el 40% de los conductores requeridos en toda Galicia a un control en su centro de salud para determinar si pueden seguir conduciendo o si por, contrario, les debe de ser revocado el permiso. Lejos de contenerse el número de usuarios sospechosos de haber sufrido un deterioro de sus facultades psicofísicas, las estadísticas revelan una tendencia al alza. En poco más de cinco años, desde 2018 hasta el primer trimestre de este año, en las carreteras de la provincia de A Coruña han sido enviados a examen médico extraordinario un total de 1.055 conductores, casi siete de cada diez por encima de los 56 años y un tercio superaba los 75 años.

Entre enero y marzo de este año han sido mandados a chequeo médico en su centro de salud 87 conductores interceptados en un control rutinario o tras cometer algún despiste en una carretera de la provincia de A Coruña, lo que supone una media de 29 al mes. Se trata del balance más alto desde que hay registros, un 11,5% más que los detectados el año pasado: 313, el peor balance en un ejercicio y que se traduce en una media de 26 remitidos cada mes a examen extraordinario del Sergas. Son ya el doble que los requeridos en a provincia de A Coruña en el año prepandemia (130) y casi un 60% más que en 2021 (199).