Las altas temperaturas dejan un centenar de muertes en Galicia en lo que va de mes de agosto

Ni siquiera el país de los diez mil ríos es inmune al calor. A lo largo de esta semana Galicia afrontó una ola de jornadas tórridas que tensaron el límite superior de los termómetros, que llegaron a 43º, y que obligaron a declarar incluso el nivel de alerta roja en el interior de Ourense, en la comarca de Valdeorras. Esos episodios tienen un impacto en la salud que el Ministerio de Sanidad vigila a través del sistema de monitorización MoMo y sus datos para Galicia revelan que las muertes atribuibles a las temperaturas extremas que achicharraron este mes la comunidad ascienden ya al centenar, sobre todo personas mayores de 85 años (el 80%).

Ese dato es, además, un 51% superior al de fallecimientos vinculados a las temperaturas extremas estimados por MoMo hace un año en el mismo periodo de tiempo, el 1 y el 23 de agosto, y multiplican asimismo por 2,5 el cálculo de muertes asociadas con el calor que el sistema de monitorización ofrece para el pasado mes de julio, que en sus cuentas se elevan a 39.

Hay que tener en cuenta que durante este mes, Galicia, que había logrado librarse de otras olas de calor que sí azotaron otras zonas del Estado, ha tenido que soportar ya dos y las estimaciones rondan los máximos de fallecimientos —aunque la actualización es continua y las cifras pueden oscilar al incorporar “correcciones”— en los contextos de picos de calor. Ocurre, por ejemplo, esta misma semana: el 23 de agosto, último dato disponible, refiere siete fallecimientos atribuibles a la temperatura. No obstante, para el día anterior, cuando ya se habían anotado valores térmicos similares, menciona 3. Es, sin embargo, en la primera oleada de calor, en las jornadas previas al puente de la Asunción y San Roque, cuando se anotan más fallecimientos: la cifra llega a alcanzar los nueve (caso de los días 10, 11 y 12 de agosto), los ocho (9 y 13 de agosto) y un dato similar al que da para esta ola, con 7 fallecimientos, el 14 de agosto.

No obstante, si lo que se tiene en cuenta es el período estival, estirando hacia atrás su comienzo al 1 de junio y tomando como límite el 23 de agosto, la situación fue peor durante el año pasado, un ejercicio en el que España desbancó todas sus marcas previas en cuanto a temperatura. Si este año MoMo calcula para Galicia un exceso de muertes que alcanza las 187, en los mismos dos meses y tres semanas de 2022 se había llegado a las 217.

El sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas, MoMo, se desarrolló en 2004 en el marco del Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas, una iniciativa coordinada por Sanidad para reducir el impacto sobre la salud del efecto del exceso de calor. El Gobierno aclara que el dato no es la cifra de muertos por “calor” en un día concreto, sino “un número de defunciones en exceso, por encima de lo que cabría esperar”. Este verano, según MoMo, las defunciones atribuibles al exceso de temperatura en todo el Estado superan ya las 1.800. No obstante, una nueva aplicación denominada Mortalidad Atribuible en verano por Calor en España (MACE) estima que este verano ya se produjeron 8.821 muertes achacables al calor y, de ellas, unas tres mil en las jornadas de calor extremo, que fueron una quincena.

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