Las vacas gallegas son la leche

Solo Dinamarca, Estonia y Suecia superan la producción láctea de Galicia, con 9.200 kilos por vaca | Mejor genética, alimentación y bienestar, detrás de la subida del 12% del rendimiento

e. Ocampo

“Con 42 litros diarios, hay vacas gallegas que son auténticas centrales lácteas”, explica el titular de una explotación de vacuno de leche, aludiendo de soslayo a la calidad genética de las actuales reses. Un tridente derivado de la progresiva mejora de las frisonas gallegas, de la mejor alimentación de las vacas de mano de la profesionalización del agro —especialmente de las granjas— y del mayor bienestar, está detrás de la subida en un 12% de su rendimiento en el último lustro.

Los datos hablan por sí solos: Galicia, con 9.217 kilogramos de leche por vaca, solo es superada en rendimiento lácteo en Europa por Dinamarca, Estonia y Suecia. El último lustro ha sido vital para la escalada desde el séptimo puesto, según el informe del Ministerio de Agricultura, Estructura del sector vacuno lechero en España en la Unión Europea 2018-2022. Ese estudio atestigua, además, que la comunidad ya está por encima de la media de España, que se sitúa en 9.038 kilos por vaca, según avalan desde el departamento autonómico de Medio Rural. Galicia invirtió esa posición, que no alcanzaba hace solo cinco años.

Aunque resulte curioso, la producción se mide en kilos porque la leche no solo es el líquido que conocemos en los envases o botellas que llegan a nuestras casas, también tiene una porción densa de grasa —que pesa— y se usa para derivados que aportan un incremento del valor añadido al producto: quesos, manteca, nata...

¿En qué se basa, por tanto, esa mejora de la productividad de nuestras vaquiñas? El secretario general de Ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Román Santalla, también presidente de la sociedad cooperativa Cobideza y ganadero con 280 vacas en ordeño, lo resume porcentualmente: “La mejora genética aportará un 30% a esa suma; la adecuación de la alimentación condicionaría ya hasta un 55%, mientras que la estabulación libre y los avances en el confort ayudarían un 15% al incremento de la producción láctea”, añade. “Nuestros ganaderos también son agricultores de la Champions League y buscan el forraje en las mejores condiciones climáticas posibles”, explica en relación al alimento que llega a las explotaciones.

El presidente de la Federación Frisona Galega (Fefriga), Manuel Sandamil, y propietario de la ganadería “SAT A Vereda” de Lugo, también es el actual presidente de la Confederación de Asociaciones de Frisona Española y buen conocedor de esta evolución productiva de nuestra comunidad. “No ha sido de un día a otro; la tendencia a lograr granjas más eficientes, con la profesionalización y mejora de los establos en Galicia, además de la calidad genética de las vacas, hacen que ya nos podamos comparar con otros países europeos”, expresa. “Las explotaciones gallegas han mejorado muchísimo con respecto a hace 15 años”, apunta Sandamil. En esa suma de factores influyen también —asegura— las condiciones climáticas “que nos permiten buenos forrajes y tener buena materia prima”, apunta.

Asimismo, sigue vigente la máxima de Galicia, país de vacas. Si la cornisa cantábrica concentra el 58% del total del censo estatal de vacas de ordeño en 2022, de ellas el 40% se sitúan en Galicia, con un censo de 322.409 hembras. Asturias registra solo un 8% del censo español, Cantabria el 7% y País Vasco el 2% seguidas de Castilla y León con el 12%.

En cuanto a la producción total, Galicia aporta el 41% de toda España y es la autonomía que más ha crecido entre 2018 y 2022, con un incremento del 8,5% al pasar de 2,739 a 2,971 millones de toneladas, sobre todo porque son los estratos más altos —las explotaciones de mayores dimensiones— los que precisamente sustentan este aumento de la producción, en detrimento de los más pequeños. Así lo indica el citado informe del Ministerio de Agricultura.

Menos rentables en España

Aún así sorprende que, a pesar de haberse incrementado en un 12%, las vacas gallegas no están en los primeros puestos de rentabilidad de España. Aragón, con 10.885 kilos por vaca lidera ese ranking seguida de Castilla-La Mancha y Navarra. Las razones de esta contradicción aparente están en que en las citadas comunidades —coinciden Román Santalla y Manuel Sandamil— existen menos explotaciones de vacuno que en Galicia, pero tienen mayor número de vacas que la media gallega, por lo que a efectos de productividad, sus cifras son mayores.

De hecho, del total de ganaderos de vacuno de leche en España, la cornisa cantábrica concentra en 2022 el 79% de los mismos (Galicia 56%, Asturias 13%, Cantabria 8% y País Vasco 2%) seguida de Castilla y León con el 7%. Esta distribución es prácticamente idéntica a la existente en el año 2018 (Galicia 55%, Asturias 13%, Cantabria 9%, País Vasco 2% y Castilla y León 8%).

Y tampoco es ajeno al fenómeno de concentración de granjas. El mayor descenso en cifras absolutas de explotaciones se registró en Galicia, donde el número de ganaderos con entregas desciende entre 2018 y 2022 en 1.710 efectivos (-21%). Así, de 8.219 ganaderos en 2018 pasamos a 6.509 en 2022. No obstante aumentaron los productores gallegos que se engloban entre 500.000 y un millón de kilos.

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