Jácome: “El que no quiera que lo case el alcalde que se vaya a otro municipio”

El regidor de Ourense es el único de España que se arroga la competencia exclusiva de oficiar bodas | La oposición le recrimina que no es Elvis Presley y le pide que dé libertad a las parejas

El alcalde de Ourense oficiando una boda. |  // FERNANDO CASANOVA

El alcalde de Ourense oficiando una boda. | // FERNANDO CASANOVA / M.J.A.

M.J.A.

Gonzalo Jácome es el único en el Ayuntamiento de Ourense que puede declarar marido y mujer a una pareja. Ningún otro regidor en España se ha arrogado la competencia exclusiva de oficiar bodas. Y ante su empeño en los desposorios, la oposición ha puesto el grito en el cielo. “Ni esto es el Cañón del Colorado ni usted Elvis Presley”, le soltó la portavoz del PP, Sonia Ogando. “Si no podemos casar, ¿podemos por lo menos ir de monaguillos?”, ironizó el nacionalista Luis Seara. Mientras, la concejala del PSOE María Fernández, advertía que una amiga suya se iba a casar y ella quería oficiar la boda. Pero Jácome no cedió: “El que no quiera que lo case el alcalde de Ourense que se vaya a otro municipio”.

Pese a discutir de bodas no hubo mucho amor ayer en el pleno municipal celebrado en el Concello de Ourense, sino más bien descalificaciones e insultos. “Dáis asco”, espetó Jácome a la oposición, a lo que la oposición respondió llamándole “pequeño dictador” o “narcisista de manual”.

Publicación del decreto

Precisamente ayer se publicaba en el Boletín Oficial de la Provincia de Ourense el decreto por el que Jácome se atribuye ya oficialmente y en exclusiva oficiar todas las bodas civiles que se celebren en el Concello. Ningún otro concejal —salvo su teniente alcalde, si Jácome así lo decide— podrán casar a los novios.

El grupo socialista presentó en el pleno de ayer una moción en la que reclamaba un reglamento de regulación de las bodas civiles en el Concello. Exigió además al alcalde que derogara su decreto y democratizara el derecho de las parejas a elegir quien los casa.

La concejala socialista María Fernández, le pidió al regidor que “revisara sus actos” y permitiera que las parejas que se casan, algunas ya con fecha y su ceremonia preparada , decidan, en uno de los días más felices de su vida “quien va a ser el concejal que va a oficiar su boda en el Concello”.

Jácome, ya en tono claramente jocoso, denigró la moción, a la que ve como “una aberración jurídica que hizo reír a los abogados”. “Es la ley la que me otorga esta competencia y luego el alcalde decide si delega o no”, señaló.

El regidor había llegado a acusar “de mafia” a una jefa de protocolo por de derivar el 50 por ciento de las bodas civiles a Pepe Araújo, entonces edil de Ciudadanos.

De hecho la funcionaria acabó destituida sin pruebas. En aquel momento ya el propio Jácome hizo autopromoción recordando que a quienes lo eligieran como oficiante de su boda les daba “el dos por uno” pues además de casarlos se pondría al piano para tocar la además la marcha oficial. Los concejales no cobran por las bodas, pero él está convencido, según dijo entonces, de que casar parejas, da votos.

El nacionalista Luis Seara advirtió a Jácome que era “un narcisista de manual”: “exagera sus logros, está obsesionado con el éxito, no asume fallos, utiliza a los demás y carece de empatía con las personas”.

Esto sulfuró a Jácome que se lanzó al barro: “Pues ahora le voy a leer yo los rasgos de un psicópata y de un frustrado político, a ver si coinciden con usted”.

La portavoz del PP lamentó que “en una ciudad con problemas gravísimos tengamos que debatir un decreto absurdo y caprichoso de un alcalde que quiere ser el perejil de todas las salsas”.

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