In extremis, pero lo consiguieron. Un grupo de unos veinte amigos tomó las riendas hace unos diez días de las fiestas de Castro e Laxe para organizar la quincuagésima edición de su popular sardiñada, que "iba a quedar sin hacerse" después de que la anterior comisión de fiestas decidiera abandonar, asegura el presidente de los nuevos organizadores, Francisco Iglesias. "A falta de diez días, para que no quedara sin hacer, unos veinte amigos nos pusimos a organizar todo. Porque somos de aquí de siempre", explica Iglesias.

"La sardiñada es de las fiestas que más nos gustan porque hay sobre todo gente de aquí. Es una fiesta más casera que, por ejemplo, las de Vilaboa", explica el presidente de la flamante comisión, quien calcula que se acercarán a degustar las sardinas o a bailar en la verbena unas 2.000 o 3.000 personas, por la afluencia registrada en ediciones anteriores. Iglesias detalla que los miembros de la anterior comisión "llevaban tres o cuatro años y habían anunciado que se retiraban" y, ante la falta de alternativas y la posibilidad de quedarse sin la fiesta en el año en que cumple medio siglo, él y sus colegas tomaron las riendas y pusieron todo en marcha.

"Es mucho trabajo porque hay que hacer muchas cosas. Tuvimos que pedir dinero por las casas, vender rifas, nos vamos a hacer cargo del bochinche...", apunta Iglesias, quien celebra que "al final colabora todo el mundo". La sardiñada comenzará a las 18.00 horas y este año incluirá "algo diferente": un photocall con una espina de sardina.